martes, 21 de abril de 2020

La Paguita. Es el problema


Cuando no es el PER, es el S.M.I. y ahora es la "paguita". Uno y trino. Ahora resulta que sí, que van a ser "todos iguales"... La derecha política, con su mascarón de proa, Isabel Ayuso, los obispos de la Iglesia Católica desoyendo la voz de su Papa, y Garimendi, el Presidente de la CEOE, se manifiestan en contra de la Renta Mínima Vital, porque generará a personas, en riesgo de exclusión social, dependencia del sistema público. Lo dicen aquellos que han escalado posiciones, han repartido credos y han sido "comisionados" al calor del dinero público. Y confunden en su habitual neolenguaje, la necesidad de comer con su experiencia proyectada y personal del "buen vivir". Como referencia el inaguantable Marcos de Quinto cuando está mamado. A todos ellos les molesta el estado, aunque se encaramen en él para privatizar sus servicios o para firmar un Concordato que les asegure su estancia en la tierra, sus privilegios, sus exenciones fiscales y el reparto del pastel. 
En España, tenemos en riesgo de exclusión social y pobreza a más de un cuarto de la población. Eso, cuando aún no había llegado la pandemia y cuando tan solo se anuncia la revolución industrial 4.0. No se trata de la paga del Nescafé, se trata de una renta mínima de supervivencia. En estos momentos, hay un millón de hogares españoles donde no entra ningún ingreso. El presupuesto para esta renta son 3000 millones de euros al año. Nadie podrá justificar su negativa por su sostenibilidad. Además, es defendida por un 83% de la ciudadanía española.
Aquellos, que se manifiestan como "Uno y trino", han levantado la voz al unísono para evitar que descarríen las almas propensas al festín diario. Al parecer, la "paguita" que alcance a los tres millones de personas, les producirá dependencia y hay que hacer "cortafuegos" para que obtengan el pan escaso con el sudor de su frente, no vayan a acostumbrarse a vivir del papá estado como hacen ellos. Porque no es cristiano, no es de "orden", y desincentiva la capacidad de emprender. Por eso, tan solo, no deben ser llamados esa legión de famélicos a integrar las filas de los que comen todos los días. No vayan a acostumbrarse. Y además, pierdan el miedo a tenerles miedo.
Al final, va a ser verdad que algunos son "todos iguales", porque su status político, eclesiástico y patronal depende de que vayan los pobres a su reino clasista. Para unos y otros es más beneficioso que haya caridad en lugar de igualdad y justicia. Mucho mejor que haya dominantes y dominados, mendigos a las puertas de las iglesias o de Cárita y mano de obra desesperada en los tajos cediendo sus derechos laborales. Este I.M.V. no es un subsidio al uso porque complementa su obtención con otro tipo de ingresos fruto de relaciones laborales u otro tipo de percepciones, incentivando a optar a situaciones estables por el empleo. Es compatible, por tanto, con la búsqueda de empleo, con la lucha contra el fraude y sobre todo es un seguro para llenar la nevera. 
Es, en definitiva, un hecho histórico para la izquierda política y sindical de España, que venía reclamando y luchando por la Renta Mínima. Queda mucho por hacer. En el camino, veremos como la derecha, termina haciéndola suya.
Señor, a los pobres de corazón, si es verdad que existes, llévatelos de este su reino. Enséñales, porque no saben lo que dicen, o entra, de una vez, dando latigazos en sus templos dorados. 

* Según el borrador del proyecto -se puede modificar y está sujeto a revisión de otros ministerios- la cuantía mensual máxima del ingreso mínimo vital se calculará en función de la estructura de la unidad de convivencia. Así, los parámetros para medir las ayudas en caso de familias monoparentales son: un adulto, 462 euros al mes; un adulto y un niño, 700 euros; un adulto y dos niños, 838 euros; y un adulto con tres o más menores, 977 euros. Para las unidades de convivencia con más cabezas de familia, la prestación también variaría: dos adultos, 600 euros al mes; dos adultos con un niño, 738 euros; dos adultos y dos niños, 877 euros; dos adultos y más de dos niños, 1.015 euros; tres adultos: 738 euros; y tres adultos con niños y otros tipos de unidades familiares, 877 euros.


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