viernes, 4 de diciembre de 2020

Monfragüe es mi Prozac


Me levanto temprano y el día está gris, como tantos días grises de esta maldita pandemia. Rompo un circular pensamiento negativo de ver pasar el día desde la ventana viniendo a mi memoria el icónico "Salto del Gitano". Hoy, seguro que los buitres leonados , giran y giran, vienen y van en torno a él. Cargo con mi cámara fotográfica y tomo dirección al Monfragüe -monte denso- de encinas, alcornoque y quejíos. Al monte fragoso de la jara, del enebro y el aliso. Más de dieciocho mil hectáreas me están esperando. 

A pocos kilómetros de Plasencia ya tengo los primeros impulsos para parar y hacer una fotografía. Ahí, hay una preciosa instantánea, me digo, pero prosigo el viaje. Esa foto siempre estará allí y prosigo el viaje. Hace uno de esos días donde la luz cambia constantemente. Comienzan a abrazarme encinas a ambos lados de la carretera, entre la bruma que avanza que va a levantar el día. El suelo es un tapiz verde y la dehesa amplia es mi paraíso. Una piara de cerdos de bellota, un rebaño de ovejas, y cientos de vacas extremeñas; retintas, avileñas, blancas cacereñas, moruchas y charolesas. ¡Qué espectáculo gratuito y qué fortuna la mía!.

Alcanzo el cruce del Salto de Torrejón y ese trayecto lo dejo para otro día, aunque detengo el coche en los primeros miradores donde observo que tiene que llover, por la escasa agua que lleva el río. Villareal de San Carlos, lo dejo para la vuelta.

Aminoro la velocidad del coche; por la hora, es fácil ver ciervos cruzar la carretera en búsqueda de los muladares o comederos. Paso primero el Tajo y me encuentro con la fuentes del francés y el Puente del Cardenal, que con la llegada de las aguas queda sumergido. Estoy solo; cosas de la naturaleza o de la diseñada España vaciada. Comienza el festival de fotos. Ya estoy cerca del Salto del Gitano y antes de llegar a él, ya es oficial el abanico de emociones que me suscitan los alimoches, águilas negras, buitres leonados y el omnipotente águila imperial. 

Dicen que el Prozac es la píldora de la felicidad y yo creo, que en la soledad de estos riscos, a veinte minutos de Plasencia, yo debo haberme tomado un bote. Y como tengo memoria y agradecimiento, me acuerdo de Jesús Garzón y de ADENEX, porque Monfragúe fue el primer espacio extremeño protegido y hoy Reserva de la Biosfera. Eternamente, gracias, por haber luchado por este Parque en los setenta. Yo estuve allí, luchando contra los eucaliptos del IRYDA. Vuelvo a Plasencia, con una descarga de opiáceos en todo el entramado de mi cerebro y de mi corazón. Algunas batallas, las hemos ganado. 

lunes, 23 de noviembre de 2020

Yo fui maestro de enseñanza concertada




Gritar "libertad" para evitar la igualdad es el viejo discurso de internacionalismo clasista de la derecha. Ver lazos rosas en niños y adolescentes me produce tristeza por algunos padres que pretenden sentirse diferentes y quieren dejar de identificarse de esta manera con su clase social. A los inductores de otra nueva "revuelta" hay que dejarles muy claro que los idearios religiosos o políticos deben darse fuera de la escuela. 

Los ricos no necesitan que se subvencione su educación y los trabajadores lo que necesitamos es que nuestros hijos crezcan en valores humanos; no segregadores y por lo tanto inclusivos. Nada de esto ocurre en una enseñanza concertada muy viciada por los intereses de sus élites y por sus objetivos rentistas. Solo es posible en una escuela pública, laica e integradora. Por tanto, el valor de la enseñanza concertada debe ser puntual, subsidiaria y/o experimental.

En estos días he recordado cómo en los años 84 y 85, mi empresa me invitaba a participar en manifestaciones contra la LODE, impulsada por el ministro socialista Maravall. Por supuesto nunca fui a ninguna. Junto con mis compañeros, estábamos en otros intereses más participativos, educación en valores, intentando homologar las condiciones de los trabajadores con aquellas que tenían en la escuela pública, realizar elecciones sindicales no manipuladas por la empresa y libertad de afiliación sindical, respondiendo a una realidad, aún vigente, de afiliación sindical obligada por la empresa a sindicatos amarillos. Ya en aquella época, hacían un llamamiento colectivo a defender la "Libertad", cuando lo que defendían era que no hubiese ningún control sobre el negocio de la enseñanza. La LODE, entre otras cosas, introducía los consejos escolares para democratizar la vida de estos colegios. Lo intentamos, pero aquella experiencia fue frustrante porque terminaron quedando estos órganos en las manos amigas de la empresa. Ahora, la nueva ley tan solo pretende algo tan obvio como cortar las cuotas arbitrarias a los padres que cobran las empresas, no subvencionar con dinero público la segregación del alumnado por sexo, no ceder suelo público a los centros concertados, priorizando las plazas públicas y potenciar el reparto "equilibrado y transparente" del alumnado por los centros para evitar guetos. Finalmente, decir que esta Ley pretende acabar con la educación especial es contravenir, groseramente, el octavo mandamiento.

Han pasado 40 años y estos centros que tuvieron su razón de ser en determinados territorios en momentos muy concretos, hoy siguen defendiendo su "libertad" para enseñar, cuando hay que defender una escuela pública que enseñe para la libertad. Ruidosa forma de pedir "libertad" para que sigamos sin igualdad. ¡Viva la Escuela Pública!



lunes, 26 de octubre de 2020

Memoria familiar: territorio de infancia


         "Los enamorados ponen mucha atención cuando se besan, y los que viven con mucha atención, con mucho amor por la vida, suelen llenar sus habitaciones de cosas... Vagabundeo por la casa y miro la carta infantil, el paquete de tabaco de mi padre, el primer disco, las fotografías de juventud, los carnés, la bufanda tricolor, la Torre Eiffel de mi primer viaje a París, la corbata de Alberti, los libros dedicados, los cuadernos antiguos, las fotografías en las que me siento una cosa más en los brazos del pasado, los dibujos infantiles de mis hijos, mis pegatinas pacifistas del año 86 ... ¿Se trata de un museo? No, se trata de un paisaje". Una forma de resistencia (Razones para no tirar las cosas). Luis GarcÍa Montero.

De mi clan familiar recuerdo con mucho cariño a mi abuelo Mariano, de la estirpe asturiana de los “Coque”. Es ferroviario de aquellos republicanos azañistas que salvan el culo en la postguerra, milagrosamente, gracias al azar y a su hoja de servicio de cuando el desastre de Annual. Su condición de jefe de estación favorece que su vida no pase por excesivas penurias. De él me viene mi sangre ferroviaria y de puentes de hierro. 

Son tiempos de estraperlo procedente de la vecina Portugal y él mira a otro lado porque la gente tiene que ganarse la vida. Siempre me repite que de haber sido otro hubiese hecho mucho dinero con la miseria de los demás. Leonés recio, del Bierzo y del buen bebercio, se asienta en la estación de Palazuelo-Empalme, en la encrucijada de aquellos trenes de carbón y de asientos de madera que surcan la Ruta de la Plata. 

Mi padre, Miguel, aprende en Madrid la profesión de sastre y se quita el hambre de perdedor de una contienda incivil viendo películas para después de una guerra en los cines de la Gran Vía del foro. De esa forma, tan cinematográfica, confunde, engaña y entretiene la gazuza y la necesidad. Basta con una sucesión de fotogramas en blanco y negro de la época, aunque, eso sí, siempre llega tarde para evitar ver el No-Do de la victoria. 

Una vez que termina el aprendizaje del oficio decide instalarse en Plasencia, la capital del Jerte. Mis hermanas son: Lucía, que es la mayor, y que siente una debilidad casi obsesiva por reventarme los granos de adolescente que me salen en la espalda, y Pilar, seis años más pequeña que yo, convertida en mi debilidad afectiva, con la que puedo activar todos mis recursos protectores. Recuerdo que eso me hace sentir importante en mis primeros ejercicios de autoafirmación. Revivo, fotográficamente, el día que nace. La salida del cole, corriendo por la plaza y después por la calle del sol, llegando a la sastrería de mi padre, donde me dan la noticia e inicio una carrera grande y continuada para llegar a casa a ver la “mochuelina”. Cuando la veo, paro en seco, entre sorprendido y excitado; todo aquello era nuevo para mí y tengo que aprender a gobernar los cambios que implica su llegada. Ese día nieva extrañamente en Plasencia e imagino que es una celebración compartida del cielo.

En esa primera época, las niñas están desaparecidas de nuestras tardes divertidas y de nuestros veranos eternos de garullas y risas; entre otras razones porque no conocemos otra forma de relacionarnos que la rivalidad resuelta a través de la fuerza. Mi relación con ellas y la exploración sobre sus juegos, gustos y preferencias las voy haciendo a través de mis dos hermanas.

Pero las mujeres de la familia que conforman el núcleo duro de la casa son: mi madre Lucía y mi abuela Ángela. La autorregulación cósmica ha querido que la una sea el calco de la otra y la otra el calco de la una, lo que anuncia una cierta dificultad en la gestión de la jerarquía familiar. Son suegra y nuera, guapas, tajantes, vehementes, directivas,  católicas románicas, y defensoras a ultranza de las buenas formas y de los santos sacramentos. Como los polos del mismo signo de un imán se repelen.

En ese territorio de mi infancia, mi barrio es el universo a defender con mi pandilla. Mi casa está abrazada por el rio Jerte y dos catedrales superpuestas; una románica y otra gótica, el Palacio del Obispo, el del Marqués de Mirabel, y por varias iglesias y conventos que se acompañan de fuentes con peces de colores, plazas y plazoletas con limoneros y naranjos. Un paisaje pétreo donde sigue congelándose la historia, y donde el acceso al patio de cada casa te adentra en la exploración de mágicos espacios, que aún hoy sigue siendo escenarios de juegos infantiles.

En aquel tiempo no necesito preguntarme qué hay detrás del horizonte porque la felicidad junto a mis amigos, fuera del ruido familiar, es gratis.  En mi pueblo, los niños nos organizamos por barrios para programar las guerras y los juegos. Hay una tendencia implícita a establecer alianzas o competencias insalvables con otras bandas de chavales que nos lleva, más de una vez, a ver chorretones de sangre en nuestras cabezas y extremidades.

Las pandillas, nos citamos  a determinadas horas y días, en el “Cancho del Avión” para lanzarnos piedras con hondas, tiradores o a mano. Quien tomaba la parte alta de la zona granítica tenía todas consigo. Más de una “pitera” y de un ojo estallado son el fruto de aquella primitiva forma de certificar quién es más bruto. Más suaves y divertidas son las guerras de cagajones secos de vacas en un tentadero cercano a Plasencia, en campo abierto, llamada la Plaza de “Currito” o los partidos de futbol contra la pandilla de los ricos y más pijos del pueblo. Futbol "canchalero", sin árbitro y con porterías improvisadas con piedras, carteras y mochilas.  Somos niños pero tenemos  una cierta conciencia de clase que siempre celebramos ganándoles en su propio campo.


miércoles, 26 de agosto de 2020

Plasencia en vía muerta (y III)




Decía el empresario Jim Rohn que "el factor clave que determinará tu futuro financiero no es la economía, sino tu filosofía". Y puede que Plasencia haya errado en la suya, independientemente de imponderables que han multiplicado los efectos de parálisis más que evidentes desde hace años.

Al escribir los tres artículos con el título: "Plasencia en vía muerta", pretendo reflexionar sobre errores colectivos que, por desgracia, siguen manifestándose en bucle y tratar de elaborar un relato, que rompa con simplificaciones victimistas, que expliquen otras aristas de la realidad.

Propiciar un debate racional sobre Plasencia, en el marco de las ideas y de sus cuentas, más que necesario es obligado para todos aquellos que la queremos. Los datos presentados en los referidos artículos, lejos de confirmar silencios para nuestra ciudad, vienen a situar parámetros que deben hacernos reflexionar como placentinos y extremeños en nuestra respuesta de futuro. Es cierto, que la crisis económica de 2008 supuso el comienzo de una caída de recursos económicos para Plasencia, también para el resto de Extremadura, que para nada tiene que ver con afrentas intraterritoriales.

El peso específico de las empresas extremeñas mantenían en 2019 (62% Ba; 38% CC.), prácticamente la misma distribución provincial de empresas que hubo en 2012 (61% Ba; 39% CC.). Sectorialmente, el peso de las empresas entre los años estudiados se distribuyen en una horquilla para la provincia de Cáceres entre el 36% y 40%, salvo en el caso de la construcción con unos dígitos que se han mantenido en torno al 44%. Estos datos han sido equiparables a una distribución poblacional que no solemos tener en cuenta a la hora de realizar valoraciones de distribución entre las dos provincias: Un 63,1% de la población extremeña vive en Badajoz y un 36,9% en Cáceres.

En todas las áreas estudiadas y en todos los territorios señalados (Plasencia en vía muerta.2) se muestran resultados asimétricos; es decir, sectores que caen en un territorio se compensan con alzas en otros sectores. En Plasencia, desafortunadamente,no.Todos los datos nos llevan a expresar las peores recuperaciones en el número de empresas registradas en el periodo estudiado.

El mito diferenciador entre Badajoz y Cáceres tampoco explica la caída de Plasencia. Dentro de la misma provincia, tanto a nivel provincial como en relación a Cáceres ciudad, se puede identificar que en sectores como la industria, servicios financieros-seguros, el comercio, hostelería y transporte, el sector inmobiliario o profesionales-técnicos la recuperación ha sido inferior, incluida la construcción. Tan solo en Servicios Educativos y Sanitarios mantenemos dígitos en positivo o en el de Servicios Personales. Sectores, por otro lado, sostenidos con fondos de la comunidad autónoma y por tanto, descidiendo la mítica afrenta a Plasencia.

En definitiva, al evaluar datos tangibles durante la última década, comparando los de Plasencia con otras ciudades extremeñas, se observa una paulatina degradación en sus indicadores de población, empleo y creación de empresas que vienen a reflejar un déficit de músculo y pulso político, social y económico, que responden, desde mi punto de vista, a una trayectoria fallida. Por si fuera poco, tenemos un ayuntamiento lastrado por un endeudamiento que ha crecido desde 2012 en un 46,7% y en el que cada placentino aumenta su deuda en un 52%. Sin tener en cuenta deuda con el SEPEI y últimos reveses en sentencias. Con amarga ironía podemos decir que al menos no tendremos ningún conflicto con el estado sobre los remanentes del mismo.

¿Qué cómo hemos llegado hasta aquí? El resultado de las primeras elecciones municipales de la democracia en nuestra ciudad, creo que marcó un carácter secuencial de lo que sería una tendencia en el imaginario colectivo: Plasencia es olvidada. El alcalde Mariño Roco, durante la década 1979-1989 gestionó el ayuntamiento sobre una filosofía, "por la libertad de Plasencia", recogiendo un cierto ardor cantonalista de los placentinos con una significada inclinación a la confrontación con lo que era la incipiente autonomía extremeña. Luego, hubo un impás con el alcalde socialista, Cándido Cabrera, al que quizás le faltó tiempo para reorientar, inclusivamente, el discurso de Plasencia en una Extremadura hacia una identidad colectiva. La Junta de Extremadura no estuvo acertada y tampoco supo canalizar ese emocional descontento. Con el alcalde José Luis Díaz se volvió a la inercia y más tarde con la alcaldesa socialista Elia Blanco; posiblemente el tiempo más ilusionante y fructuoso. Con ella, pasó lo que pasó. Cuando las urnas no dan los resultados apetecidos, el Partido Popular ha utilizado la judicialización de la vida política de manera gratuita. Se instaló una estrategia que nada tenía que ver con la política, implementando un tiempo de desconfianza y vileza del que con certeza no nos hemos recuperado y que llevaron a una toma de decisiones equivocadas; dramáticas para la exalcaldesa y ruinosas para la ciudad. 

El actual alcalde, Fernando Pizarro, no ha perseverado en propiciar  puentes entre las distintas administraciones, evidenciándose desencuentros, durante la pandemia, cuando era un tiempo para la colaboración. Sin duda, me quedo, con el liderazgo que ejerció con acierto en la resolución del conflicto de la Asociación "Sierras del Norte” -Plasencia y Comarcas-, que debió seguir ejerciendo para aunar esfuerzos en torno a esta idea fuerza de desarrollo compartido. Pero puede que las cartas viniesen marcadas por una nueva correlación de fuerzas en el espacio autonómico, pintando bastos con Monago, radicalizando una apuesta de confrontación para su consolidación como presidente de Extremadura.

Sí, deseando no minusvalorar la acción política de nuestros representantes municipales, no es tiempo de la política frentista, la de los movimientos en corto para evidenciar los déficits del contrario. El tiempo de los fuegos de artificio y del marketing está superado para todos. Es verdad que el posicionamiento de distintas fuerzas políticas no ayudan responsablemente a enfrentar una crisis como la pandemia que pasa por el reconocimiento a un gobierno legítimo, pero urge en Plasencia, junto a las comarcas de su periferia, una actitud de liderazgo compartido y colaboración respecto a la gestión y diseño de los fondos europeos de reactivación económica que llegarán a nuestra autonomía y centrar, finalmente, la concepción de una Plasencia para el siglo XXI. Un cambio radical de filosofía.

      


viernes, 21 de agosto de 2020

Plasencia, en vía muerta (II)





Este artículo viene a complementar otro que publiqué recientemente en este blog, con el título de "Plasencia, en vía muerta (I)": https://canchales.blogspot.com/2020/06/plasencia-en-via-muerta.html En el mismo, se constataba los peores datos en recuperación de empleo para Plasencia.

El objetivo es ver el punto de partida de las localidades principales de Extremadura para afrontar la recuperación tras el COVID. Por ello, entiendo de interés realizar una proyección previa sobre los signos de recuperación que venían realizándose en España y Extremadura antes del COVID.

Profundizar en una comparativa de las principales ciudades de Extremadura y sus provincias respecto a las empresas registradas entre 2012 y 2019, desde un punto meramente cuantitativo, nos ayuda a identificar las tendencias que se han venido produciendo a partir del año donde la crisis -2012- fue más dramática desde el punto de vista socio-económico.

En la reactivación empresarial, globalmente, Extremadura incrementó un 4,6% su número de empresas, un dato ligeramente inferior a la medía de España con un 4,9%, aunque los datos son más elevados en la provincia de Badajoz (6, 4%) y en Badajoz ciudad (7, 8%). Mérida (4, 3%) aparece con un dato ligeramente inferior a la media de Extremadura y España, mientras que en la provincia de Cáceres (2%), Cáceres ciudad (3, 5%) se dan dígitos inferiores a las medias enunciadas. Y de una manera muy marcada se manifiesta la atonía de Plasencia (0, 6%).

Al desagregar por sectores: La bajada del sector industrial en estos años, en España, es de un -7,4%, más del doble que en Extremadura (-3, 3%), aunque es desigual por territorios en nuestra comunidad. Por encima o igual a la media nacional se encuentra Badajoz (-12%), Plasencia (-7,5%) y Cáceres provincia (-7, 4%). Mejor respuesta se da, por debajo de la media nacional, en Mérida (-4%) y Badajoz Provincia (-1%). El dato en positivo viene de la mano de Cáceres con un incremento del 3,6%.

Respecto al Comercio-Transportes-Hostelería: Hay un descenso de empresas a nivel nacional de 4,6% mientras que la bajada en Extremadura es de un 2,1%, aproximadamente la mitad de lo que baja en todo el país. En este bloque, se manifiestan resultados asimétricos: Badajoz provincia (-0, 5%), Badajoz (-1, 45%) y Mérida que crece un 0,9%. Peores resultados en el caso de Cáceres provincia (-5%), Cáceres (-2%) y Plasencia, que es la peor parada con un descenso del 11,6%.

Hay una recuperación del sector inmobiliario en España (28,5%). Mayor en Extremadura (35,5%). Badajoz provincia es la mejor posicionada (36, 5%), seguida de Mérida (34%), Cáceres Provincia (33, 7%), Badajoz (29,8%), Cáceres (25,8%) y Plasencia (21,5%), que se manifiesta muy por debajo de la media nacional y sobre todo muy distanciada de la media extremeña.
El incremento nacional en el sector financiero-seguros es de un 8% en España y en Extremadura es de un 6%, dándose la mayor subida en Badajoz (24%) y Cáceres (14, 6%). Badajoz Provincia, aparece en datos equiparables a la media extremeña (5, 9%), pero los peores datos son para Mérida (-8%) y Plasencia (-11%).

En el caso del sector Profesional-Técnicos, el mayor incremento es en España con 13%, siendo en Extremadura de un 9%. Badajoz provincia (9,7%), Badajoz (8,2%), Cáceres Provincia (7,5%), Mérida (6,4%), Cáceres (4,4%) y finalmente, Plasencia (1,7%). De nuevo, Plasencia muestra datos preocupantes.

Los datos deben encaminarnos a centrar diagnósticos y ayudarnos a definir las preguntas que tras el COVID y en su presencia, lastran y seguirán lastrando nuestra economía y su recuperación. Pero parece evidente que habrá que posibilitar otro modelo productivo más equilibrado, sostenible y territorialmente más simétrico para evitar desigualdades y establecer estrategias en el marco de Extremadura a través del Fondo Europeo de Recuperación.

Obvio en este artículo conclusiones que desarrollaré en un artículo próximo. Esto son cuentas y datos referidos del INE y no son cuentos. Evitar culpabilizaciones y victimismos debe ser la premisa para iniciar un periodo de diálogo amplio para diseñar un futuro más igualitario basado en la cohesión territorial.

lunes, 15 de junio de 2020

Plasencia, en vía muerta (I)




Plasencia alcanza la cifra más baja de población en lo últimos años. Con sus 39860 habitantes vuelve a perder masa demográfica en el 2020, y vuelve a cifras equiparables al 2006. Mientras, las principales ciudades extremeñas aumentan en número de habitantes, aunque sea debido a migraciones dentro de la región. Me pregunto hasta qué punto, tras pasar una crisis económica como la que se expresó con virulencia a partir de 2010, y ahora con una nueva sacudida relacionada con el COVID, Plasencia tendrá el suficiente músculo para no quedar en vía muerta, definitivamente. 

Plasencia, en el marco de una región como Extremadura, es una localidad que responde al concepto de esa España vaciada. Nuestra comunidad, es obvio que también responde a ese perfil que marca una tendencia de envejecimiento y pérdida de su población, con la fuga histórica de su sustancia gris. En el caso de Plasencia, a diferencia del resto de ciudades extremeñas, expresa flacidez de musculatura y escaso pulso político, social y económico.

Un dato reciente como síntoma pero inapelable es una oferta educativa muy por encima de la demanda en doce de los trece centros educativos de la ciudad, en el curso 2020-2021. Este indicador, que podría ser puntual, marca una tendencia que correlaciona con un hecho muy preocupante como es la pérdida de población por séptimo año consecutivo en la ciudad del Jerte. 

En la década 2010-2019, Plasencia pierde un 3% de población, mientras que la evolución poblacional es a ganar peso en la capital de Badajoz, con un aumento de un 1,6%, Cáceres que crece en un 3,2% y Mérida, la capital extremeña que lo hace en un 5,2%.  Estos datos, sin una referencia con el empleo tan solo serían cifras. Plasencia, durante la última década, fue sin duda la localidad extremeña donde más se amplificó la pérdida de empleo, llegando a alcanzar cifras de paro nunca conocida, cercana a los 6000 personas desempleadas.

Sin tener en cuenta la repercusión de la pandemia en el empleo para no distorsionar este análisis, lo que es evidente  es que Plasencia sale muy mal parada. Mientras que Extremadura aminora la presión del desempleo en 2019, con respecto a 2010, en un 18,6%, Badajoz en un 17,5%, Mérida en un 10,3% y Cáceres en un 9%, Plasencia lo hace tan solo en un 6,2%. Teniendo en cuenta que, a diferencia de las tres capitales, la disminución del paro en nuestra ciudad es más por pérdida de población que por creación neto de empleo. 

Más que buscar responsabilidades y caer en el recurrente agravio comparativo entre ciudades, se trata de constatar una peligrosa tendencia que habrá que abordar desde las distintas administraciones para evitar nuevos desequilibrios intraterritoriales. 

La moción aprobada por el Ayuntamiento de Plasencia en relación a una previsible fábrica de baterías de litio, está muy bien como apuesta testimonial, pero no nos engañemos, hace falta  liderazgo y apuesta política, y debería responder a compromisos institucionales pactados previamente desde la lealtad mutua y la racionalidad. Y de eso, no hay nada. 

* Plasencia ha perdido en una década, 1235 habitantes. A una media de 123/año. El último dato es de 39.913 habitantes en 2019. 
* Datos de paro según SEPE: Extremadura pasó de 119897 personas desempleadas en diciembre de 2010 a 101095 en diciembre de 2019. Badajoz capital pasó de 16417 desempleados en diciembre de 2010 a 13962 en diciembre de 2019. Cáceres capital pasó de 8792 desempleados en diciembre de 2010 a 8063 en diciembre de 2019. Mérida capital  pasó de  6903 desempleados en diciembre de 2010 a 6255 en diciembre de 2019.


lunes, 8 de junio de 2020

Palos en las ruedas y ruido



Tiempos de pandemia y de ruido para maniobrar con la distracción. Sus actores, lanzan liebres que marquen los tiempos en la información, que distraiga a la ciudadanía, que concentren la atención en lo superfluo, pero terminará agotando a los propios diseñadores de la estrategia. Empeñados en hacer pasar a nuestro gobierno por podencos, cuando son galgos o viceversa. 

La travesía para el Gobierno, durante el COVID, ha sido ardua. La derecha, se lo ha currado para no dar a agua a la coalición a lo largo de este desierto. No está dispuesta a esperar a la siguiente legislatura y tampoco sabe hacerlo. Todo parece indicar que ha optado por apostar por la "bolsonarización" de la política, difamando y calumniando a un gobierno legítimo y circunvalando todos los métodos democráticos. Fomentar caceroladas en la vía pública pidiendo libertad de movimiento, mientras se producían nuevos contagios, las sucesivas peticiones de dimisiones de Abalos, Illa y Marlaska, su voto en negativo en Europa para mutualizar los fondos europeos necesarios para enfrentar la deuda de España que hemos alcanzado, boicotear y crear sombras en el recuento de fallecidos para tirárselos a la cara al Gobierno, mientras Ayuso obstruía la medicalización de las residencias de ancianos, han sido parte del ruido de la derecha extrema para  la desestabilización y ocultar sus graves errores. 

Judicializar la pandemia con argucias torticeras para derribar al Gobierno de forma artera, ha sido una visualización nítida en sus intentos microgolpistas para comprometer el futuro de la coalición. Hoy mismo, la fiscalía reclama a la jueza Medel, archivar el caso "8-M". La derecha, cuando gobierna, lleva a los tribunales a todo lo que se menea. Cuando pierde, también. Se agarra a la "Justicia" como clavo ardiendo; de ahí esa obstinación en no renovar los poderes judiciales, sabiendo que solo así podría no terminar colgada de una brocha en el aire.  

Ahora, cuando afloran los números que reclaman responsabilidades, puede que vengan  malos tiempos para el PP. Donde las dan las toman. En el suceso trágico y sustantivo de los fallecidos en las residencias de ancianos, la estrategia de emponzoñar la política en los juzgados, tal vez, les cruce la cara. Nada dura para siempre. El instrumento de los informes basados en bulos, opiniones sesgadas que "afinan" el tema al juez, están en cuestión. Las liebres han terminado por despistar a la derecha de lo que debiera ser una auténtica labor de oposición. Y, mientras, todos los esfuerzos del Gobierno en Europa, para evitar el rescate que Casado reclamaba, parecen darles la razón de su buen hacer. Y la prima de riesgo, bajando. 

Casado no tiene un Plan B, puede que su único Plan sea jugar la carta mágica de la ruptura de la coalición PSOE-UP, cada vez más lejana, y su necesaria presencia en la gobernabilidad de España. Pero, todo parece indicar que su acoso se traduce en más unidad del gobierno y su sobreactuación en una escalada con VOX hacia la infantilización populista. Malas noticias para la derecha.



viernes, 15 de mayo de 2020

A Dios rezando...


Se creen inmortales. Allá los pobres con sus miedos. Por la mañana, atusándose para misa en la Almudena, luego al vermut de la una en The Cocktail Room. Comida en casa, a mesa puesta por la "sudaca" de turno y que recoja la "chacha". Vivir en la Milla de Oro, en la mayor concentración de tiendas de lujo da mucha seguridad, sobre todo si hay pobres en las afueras. Como dijo Antonio Machado: "Mala gente que camina, van infectando la tierra".
A limpiar la conciencia con el crespón por la mañana y a luchar por España con la cacerola por la tarde, gritando: ¡libertad! Libertad para la apertura del Corte Ingles y libertad de movimiento para poder ir a jugar al golf.  Llama "Piluchi" para la acción épica de la tarde con los "pijosborroka". Prepara las banderas, las pulseritas y el bolso de Louis Vuitton o ese de cocodrilo fucsia. Ellos, que se arremanguen con el palo de golf y chalecos rojigualdas. Y una mascarilla en la boca para que no se note que en realidad lo que piden son privilegios, porque libertad siempre la tuvieron por encima de nuestras posibilidades. ¡Lástima de bozal!

¡Que se jodan! Que se jodan los sanitarios, dependientes y transportistas... Que se jodan los parados. Que ya llegaremos nosotros para salvarlos. Cuando los ricos y parásitos se manifiestan es que la izquierda lo está haciendo bien. Sabemos que no nos lo perdonarán, jamás.

A estos falsos profetas de la pro-vida, solo les hubiera faltado para cerrar el círculo, terminar la manifa cantando "soy el novio de la muerte". Por Dios, por la Patria y el Rey, lucharon todos sus padres. Por Dios, por la Patria y el Rey, lucharán ellos también. A limpiar la conciencia con el crespón por la mañana y a luchar por España con la cacerola por la tarde, que por fin la han descubierto. Con las cacerolas, se les va la olla. Más vale que en lugar de mostrarnos su España trasnochada, mostraran a los inspectores de hacienda su cartera repleta e insolidaria.

lunes, 4 de mayo de 2020

Isabel D. Ayuso: Idiocia o psicopatía.





"Por sus actos los conoceréis". Los cristianos tienen muy fácil determinar si Isabel Díaz Ayuso -IDA- es una idiota o una psicópata. El evangelio siempre tiene palabras para discriminar entre los verdaderos y falsos profetas. Dice Jesús, que el árbol siempre da sus frutos. Es decir, la obra concreta y no la palabra, es la verificación. No es necesario jugártela a los chinos o a la ruleta rusa, para un diagnóstico final y certero. Si pretendemos encontrar en la Presidenta de Madrid un perfil acomodado al DSM-VI -Manual de diagnóstico de las enfermedades mentales-, nos equivocamos. Tiene de todo, como en botica. Lo más seguro es que se encuentre en un continuo entre la idiocia y la psicopatía. Es lo que algunos psiquiatras diagnostican familiarmente como "tonti-locas".

El idiota o la idiota, suele hacer y decir tonterías y el psicópata, puede representar papeles diversos según las circunstancias, pudiendo llorar o reír sin emociones reales. Dicen que los cocodrilo, mientras lloran, devoran a sus presas. Pero para ser un psicópata con eficacia de empresa, lo sustantivo no es matar de golpe, basta con ser destructor para tener algún grado de psicopatía. Sí, conocemos a muchos. Las estadísticas muestran que al menos un 4% de la población, padecen este patrón de personalidad que sufrimos el resto de humanos. Depredación social, cuando se tiene poder político, económico o jurídico. ¿Quién no conoce algún caso, en el que utilizando la falta de empatía y el poder social se haya producido una persecución contra un administrado, una mujer, un trabajador, un emigrante o un homosexual.

En el caso de IDA, de pasear perritos de Esperanza Aguirre, de quién arranca su metodología psicopática, pasó a desgobernar Madrid. Y fue de ocurrencia en ocurrencia con los "concebidos no nacidos", "Madrid apasionante colapsada de coches a las tres de la mañana","todo lo que dice VOX está contenido en el PP", o con su "a nadie le gusta que le quiten su empleo basura", "en el aire no hay virus", y la penúltima, para justificar estar en contra del estado de alarma: "todos los días hay atropellos y por eso no prohíbes  los coches ... 

Al comenzar la pandemia, pierde dos aviones chinos, deja de contabilizar fallecidos en residencias de mayores, se muestra en contra de la Renta Mínima Vital, despide a sanitarios que han dado la cara. En los comedores escolares, a niños en exclusión social, les da de comer todos los días del Teleppiza con Coca-Cola, argumentando que los podemitas les hubieran dado comida venezolana. Finalmente, en la clausura de IFEMA, la despedida es más propia de plató y de fiesta de San Isidro con bocatas de calamares, agarrándose a los muertos para que otros voten por ellos.

No, más que tonta, responde a esa actitud ideológica neoliberal de considerar que todos nos merecemos lo que tenemos. Por eso, ese desprecio a desfavorecidos que solo se utilizan para reír, llorar o hacerse una fotografía como plañidera bien pagá. Además, con su actitud, cuestiona las reglas del estado de alarma. Se trata de desgastar al gobierno. Sabe que si un gobierno como el de Madrid lanza determinados mensajes, van a ser reafirmados por los defensores de la libertad personal sobre la de los demás. Y sí, hay ideología detrás. Y un asesor de imagen que sigue bebiendo. 

Muchos piensan que la pandemia ha pasado, pero no, la pandemia son gente como IDA. Una plañidera, que abandona su responsabilidad en la reunión de Presidentes de CCAA para ir a llorar a la Almudena y de paso, hacer un llamamiento a la desobediencia que genere el caldo de cultivo de los que quieren gobernar, a toda costa,  habiendo perdido en las urnas. Por sus actos, los diagnosticaréis. 

martes, 21 de abril de 2020

La Paguita. Es el problema


Cuando no es el PER, es el S.M.I. y ahora es la "paguita". Uno y trino. Ahora resulta que sí, que van a ser "todos iguales"... La derecha política, con su mascarón de proa, Isabel Ayuso, los obispos de la Iglesia Católica desoyendo la voz de su Papa, y Garimendi, el Presidente de la CEOE, se manifiestan en contra de la Renta Mínima Vital, porque generará a personas, en riesgo de exclusión social, dependencia del sistema público. Lo dicen aquellos que han escalado posiciones, han repartido credos y han sido "comisionados" al calor del dinero público. Y confunden en su habitual neolenguaje, la necesidad de comer con su experiencia proyectada y personal del "buen vivir". Como referencia el inaguantable Marcos de Quinto cuando está mamado. A todos ellos les molesta el estado, aunque se encaramen en él para privatizar sus servicios o para firmar un Concordato que les asegure su estancia en la tierra, sus privilegios, sus exenciones fiscales y el reparto del pastel. 
En España, tenemos en riesgo de exclusión social y pobreza a más de un cuarto de la población. Eso, cuando aún no había llegado la pandemia y cuando tan solo se anuncia la revolución industrial 4.0. No se trata de la paga del Nescafé, se trata de una renta mínima de supervivencia. En estos momentos, hay un millón de hogares españoles donde no entra ningún ingreso. El presupuesto para esta renta son 3000 millones de euros al año. Nadie podrá justificar su negativa por su sostenibilidad. Además, es defendida por un 83% de la ciudadanía española.
Aquellos, que se manifiestan como "Uno y trino", han levantado la voz al unísono para evitar que descarríen las almas propensas al festín diario. Al parecer, la "paguita" que alcance a los tres millones de personas, les producirá dependencia y hay que hacer "cortafuegos" para que obtengan el pan escaso con el sudor de su frente, no vayan a acostumbrarse a vivir del papá estado como hacen ellos. Porque no es cristiano, no es de "orden", y desincentiva la capacidad de emprender. Por eso, tan solo, no deben ser llamados esa legión de famélicos a integrar las filas de los que comen todos los días. No vayan a acostumbrarse. Y además, pierdan el miedo a tenerles miedo.
Al final, va a ser verdad que algunos son "todos iguales", porque su status político, eclesiástico y patronal depende de que vayan los pobres a su reino clasista. Para unos y otros es más beneficioso que haya caridad en lugar de igualdad y justicia. Mucho mejor que haya dominantes y dominados, mendigos a las puertas de las iglesias o de Cárita y mano de obra desesperada en los tajos cediendo sus derechos laborales. Este I.M.V. no es un subsidio al uso porque complementa su obtención con otro tipo de ingresos fruto de relaciones laborales u otro tipo de percepciones, incentivando a optar a situaciones estables por el empleo. Es compatible, por tanto, con la búsqueda de empleo, con la lucha contra el fraude y sobre todo es un seguro para llenar la nevera. 
Es, en definitiva, un hecho histórico para la izquierda política y sindical de España, que venía reclamando y luchando por la Renta Mínima. Queda mucho por hacer. En el camino, veremos como la derecha, termina haciéndola suya.
Señor, a los pobres de corazón, si es verdad que existes, llévatelos de este su reino. Enséñales, porque no saben lo que dicen, o entra, de una vez, dando latigazos en sus templos dorados. 

* Según el borrador del proyecto -se puede modificar y está sujeto a revisión de otros ministerios- la cuantía mensual máxima del ingreso mínimo vital se calculará en función de la estructura de la unidad de convivencia. Así, los parámetros para medir las ayudas en caso de familias monoparentales son: un adulto, 462 euros al mes; un adulto y un niño, 700 euros; un adulto y dos niños, 838 euros; y un adulto con tres o más menores, 977 euros. Para las unidades de convivencia con más cabezas de familia, la prestación también variaría: dos adultos, 600 euros al mes; dos adultos con un niño, 738 euros; dos adultos y dos niños, 877 euros; dos adultos y más de dos niños, 1.015 euros; tres adultos: 738 euros; y tres adultos con niños y otros tipos de unidades familiares, 877 euros.


lunes, 6 de abril de 2020

¿Pactos de la Moncloa II?



Me pregunto, si en una sociedad democrática, acaso no son necesarios siempre los pactos y la negociación. Otra cosa es acudir, selectivamente, a un pacto como tabla de salvación, porque resulta tramposo. Sobre todo, cuando no tienes cultura de la negociación ni la sostienes sobre la confianza hacia el otro y vienes de un proceso de hostigación, criminalización, mordaza a todo lo que fuera oposición. Y en este contexto, hay indicadores suficientes como para la sospecha. Intentos de deslegitimación hacia el gobierno y vapuleo mediático y generalizado, lejos de la legítima crítica.  

Una situación que era imprevisible hace un mes, nos obliga a replantearnos estrategias que hasta ahora teníamos claras. Los intereses partidistas para rescatar unos "Pactos de la Moncloa II", son diferentes y venimos de una política de bajos fondos. La derecha sabe que unos Pactos con un Gobierno de izquierdas no serán un trágala. Esto , no quiere decir que no entienda estar obligados a potenciar el diálogo entre distintos actores. Desde aquel Pacto de la Moncloa, todos hemos perdido la inocencia. Sobre todo, porque quién más puso en aquella ocasión fue la clase trabajadora. Conste que yo reivindico aquellos Pactos y también el reconocimiento al P.C.E., por ser, desde mi punto de vista, la fuerza política que puso más, y yo nunca he sido comunista. Pero, ahora, ¿empresarios y sus partidos periféricos estarían dispuestos a esfuerzos reales?

Traigo a cuenta lo anterior, porque presiento en esta demanda de pacto: 1º Un interés partidista por dinamitar un Gobierno de Progreso, tras un previo acoso. ¿Cómo pactar con aquellos que no dan legitimidad a este gobierno. 2º Algunas voces comienzan a poner condiciones para dejar fuera a los "comunistas". Ni que decir tiene que esto no podría ser el Pacto que nos vienen vendiendo desde posturas por todos conocidas e implementadas por expresidentes de Gobierno. 3º Comienza a manifestarse que habrá sacrificios, y muchos ya pensamos a quienes se refiere; es decir, a los que venimos de ponerlo todo en la estafa de las subprime y su posterior descalabro. Creo que este matiz debe ser una premisa a tener en cuenta para condicionar, y no solo desde la izquierda, un cuestionamiento relativo a dicho Pacto. Es más el tiempo de plantear qué rentas están dispuesta a comprometer aquellos beneficios de la anterior crisis. 



Entiendo, que nuestro Gobierno no debe distraerse con otra cosa que aquellas tangibles, por eso una apuesta decidida: 1º Pacto por una Europa Social. Creo que lo está haciendo más que bien, pero las limitaciones las encontramos en el nivel de miopía manifestada por países que piensan que pueden irse de rositas. Yo soy optimista porque creo que, de lo contrario, la realidad puede ahorcar a países como Alemania, aunque no será con la ayuda de la derecha. Votar contra la mutualización de posibles eurobonos no es el camino. 2º Un Pacto Social por la Reconstrucción de la Economía. Liderado por Gobierno, Empresarios y Sindicatos. Aquí, queda claro que los trabajadores-as no pueden ser los "paganinis". Cuando veo el papel de la CEOE pidiendo suspensión de impuestos,  acudiendo sin rubor a los ERTEs, me ratifico en que quedaron almidonados en los 70 y mantienen expectativas de ganancias, cuando es el momento de cesiones. Evidente es, que de ser posible, dicho acuerdo sería ratificado como propuesta de país por el conjunto de fuerzas políticas en el Parlamento. 3º Pacto Político por España: En el corto plazo, el mayor y beneficioso Pacto sería posibilitar unos Presupuestos Estratégicos y Sociales para 2021. No soy tan ingenuo para creer que estemos en tiempo para el 2020; más que nada porque hay variables descontrolada convertidas en lastre como el "Proces", con un cuestionable compromiso por parte de ERC. 


En definitiva, soy escéptico porque confieso mis dudas más que razonables, para confiar en opciones políticas cerca del golpismo y en otras centrífugas fundamentadas en delirios carlistas, todas ellas patéticas, deleznables, partidistas, que dificultarán, sin duda, el proceso de reconstrucción de España. De momento, la seguridad mostrada por el gobierno en apoyar pactos, a algunos les ha pillado con el pie cambiado.

sábado, 4 de abril de 2020

Presidente, hoy he salido a la calle



Hoy, he salido a la calle para visitar a mi madre, ir a la farmacia y comprar la lista de la abuela. Según repito la misma acción, aumenta mi mirada de melancolía, no de tristeza porque volveremos a vernos en la plaza del pueblo. La vida, la calle y sobre todo el dinero, no sirven para nada si faltan ellos; la familia, los amigos, el paisaje vital, mi club de lectura, el ruido doméstico del día y su rutina... La melancolía es el recuerdo por la ausencia de aquello que individual o colectivamente nos hace sentirnos vivo: un reto, un amor, un abrazo y vuestras risas, que son el espejo que me dan la esencia de quién soy.


No es, ni mucho menos, el momento más duro de mi vida. No siento miedo, porque a casi todos los miedos los fui matando. Me encuentro seguro porque percibo, con todas las limitaciones, que en mi país hay una hoja de ruta y hay un Gobierno con letras mayúsculas. Un gobierno que está pensando en las personas que han quedado apalizadas por la anterior crisis. Tengo claro que es un momento para repensar cómo queremos seguir viviendo y en ningún caso contemplo el miedo, ni el silencio.

Presidente, me han emocionado tus palabras de lucha, de llamada a la unidad colectiva. Me quedo con tu pedagógica valorización del Diálogo Social, de la cooperación y el cuidado del otro. Reconozco que hoy estoy blandito porque se nos ha ido otra vida, una más, que supuso para muchos de nosotros y nosotras, nuestro maestro de poesía urgente, para acercarnos a una chica y robarle un beso, a la belleza, al cine, a la pintura o a la poesía. Y recuerdo un acto de hermandad, de CCOO, inolvidable, un 24 de septiembre de 2011, cantando "Al Alba", con Aute, cuando ya sabíamos lo que se venía encima con aquella estafa. Aute, siempre estará en nuestros corazones y en nuestra melancolía que es la ausencia, inevitable, de aquel momento místico, mágico e irrepetible al que nunca más volveremos, salvo a través del recuerdo.

Pero vuelvo, Presidente, a tus palabras: "Disciplina Social", "Otra Europa", "Compatriotas", "Tenacidad", "Defensa de lo Público", "reconstrucción", por eso, hoy más que nunca, porque hay que recuperar personas, #YoApoyoGobierno . 

jueves, 2 de abril de 2020

Empleo tocado, no hundido




El empleo está tocado, pero no hundido. El empleo destruido hace 10 años en tres meses, ahora se ha caído en 15 días.  El tsunami laboral ha desmadejado el mercado de trabajo, pero sería temerario detenerse ahora en las estadísticas porque solo es una fotografía puntual y su evolución depende de múltiples variables que percibo están contemplándose con medidas de contención. 

Lo que toca es intentar anticipar los cambios estructurales del mercado que, ahora sí, serán inevitables. Diversificación, innovación, digitalización, calidad, valor añadido, investigación, valorización del trabajo... De otra forma, no nos estaremos preparando para la próxima pandemia o catástrofe. La escasa diversificación de nuestro modelo económico en España se ha llevado, en estos días, más de 500.000 empleos temporales. Será también momentos para repensar una nueva visión del empleo y de sus afectaciones por el cambio tecnológico. Un momento para la investigación e innovación, la relocalización industrial estratégica y diversificación del tejido productivo. Estamos avisados

Nadie debe quedarse atrás. El objetivo a corto plazo es asegurar la protección de las personas; las que estaban trabajando a través de los ERTEs o financiación de autónomos, las que se disponían a trabajar y las que están ya fuera del mercado de trabajo a través de prestaciones por desempleo o rentas mínimas de subsistencias. Las medidas aprobadas por el gobierno y las que vendrán, inciden en salvar a las personas para salvar luego la economía. Hemos aprendido de la historia y hay otra sensibilidad que apuesta por un modelo que no sea fallido.

Esta catástrofe, deseo, no tenga chivos expiatorios nacionales como hace una década con el caso de Grecia o con la estafa de la Banca en España. En esta, o nos salvamos todos o no se salva ni Dios. Alemania, Holanda ya no pueden buscar salidas individuales porque o se salvan con nosotros o son arrastrados. Europa tendrá que actuar, sí o sí. La transferencia de 100.000 millones por Europa anunciada, para prestaciones sociales, debe ser un primer paso, pero no debe ser el único. Las medidas deben ser en dirección contraria a las austericidas, auspiciadas en la crisis de 2009. Mantener un cierto nivel de consumo es esencial para mantener las infraestructuras económicas a salvo.

Está claro que nos esperan unos meses difíciles pero dado que el nivel de afectación es grave, la recuperación parece que no se dará en "V". Que la recuperación económica sea en "U" depende de la pronta resolución de la pandemia y de si la clase empresarial se pone las gafas de larga distancia, aunque aquí podemos ser más escépticos. 2021 puede ser un año fuerte de recuperación si se dan las bases de acolchonamiento para ello: financiación, liquidez y prestaciones. 

No es la misma situación que en la crisis de la "subprime". Aquí, la salida no será por medidas austericidas y el "sálvese quién pueda". En esta ocasión será con endeudamiento, trasferencias de Europa y con una cierta activación del consumo gracias a Planes de Choque que el Gobierno, acertadamente, ha puesto en marcha.

Lo contrario sería el suicidio de Europa y la acelerada degradación de EEUU. Por cierto, a la "cuchi pandi" que no se la espere. No tiene medidas, ni capacidad, ni ganas. Ellos, solo tienen un relato de defensa de sus rancios privilegios. ¿Te acuerdas de aquella voz, de Andrea Fabra en el Parlamento, gritando: "que se jodan", refiriéndose a las personas en desempleo. El pueblo, como siempre, salva al pueblo, pero esta vez contamos con unos aliados en el Gobierno.