viernes, 20 de septiembre de 2013

¿Pirateo en la formación en empresas de Extremadura?




En el 2012, las programaciones de Planes de Formación en Extremadura han sido testimoniales. Tan solo han alcanzado a 2.535 trabajador@s (999.312 euros), sobre un universo alrededor de las 300.000 personas susceptibles de realizar la mejora de su cualificación profesional a través de los mismos. Análoga situación podríamos detectar en cualquier otra comunidad de nuestro pais. Huelga decir que estos datos son coherentes con el modelo productivo al que nos arrastran los voceros de la jungla.

Esta formación venía siendo realizada en una parte por organizaciones sindicales y empresariales a las que, de manera artera, se las quiere descalificar con el objetivo de desregularizar un modelo que, independientemente de necesitar mejoras, estaba regulada por el procedimiento de la negociación colectiva, de la planificación, del seguimiento de las administraciones, de la evaluación y control de su gestión. Casos como los de la Comunidad de Andalucía o recientemente Madrid, son la excepción.

El capítulo de los recursos públicos en formación también está en el ojo avizor de los especuladores y sus profetas; por eso, aquí también nos estamos jugando el traspaso de rentas del trabajo a rentas del capital. Es “vox populi” que en el nuevo modelo propiciado unilateralmente por el gobierno de Rajoy, por presiones de la CEOE, se opta por un sistema de bonificaciones directas a las empresas, obviándose el control, quedando gran parte de los fondos en un "compadreo" entre gestorías, consultoras trapisondas y empleadores de escaso valor, intercambiando números de afiliados a la S.S. por regalos tecnológicos a los facilitadores, fundamentalmente en aquellas empresas donde por su tamaño no hay representación sindical.

Según datos de la Fundación Tripartita de la Formación, en el año 2012, en la Comunidad Autónoma de Extremadura, ha habido 45.745 participantes en actividades formativas sobre 12.655 empresas, diciéndonos que algo más de cuatro de cada diez empresas extremeñas se han bonificado en sus cuotas a la S.S. por la realización de actividades formativas para sus trabajadores y trabajadoras y con una financiación de 8.100.000 euros. En cuanto a su traslación directa sobre la formación real en el seno de la empresa es más que cuestionable, pues mientras que afortunadamente la realizada por las organizaciones sindicales tiene todo tipo de controles, la laxitud con las bonificaciones a las empresas es manifiesta.

En el estado y referenciando el 2012, los datos pueden ser clarificadores, pues mientras las bonificaciones gestionan 850 Millones de euros, el conjunto de todas las organizaciones sindicales no superan los 90 millones y que hay que recordar que son partidas finalistas que deben ser justificadas euro a euro. Cuando El Mundo, La Razon o ABC hablan de los miles de millones que subvencionan a estas organizaciones queda en entredicho no el papel de los sindicatos sino la tergiversacion que realizan aquellos que pasan por investigadores de la realidad. 

Parece claro que mientras estamos zarandeando a las organizaciones sindicales con intencionalidad inconfesable, el grueso de la financiación que va a las empresas se va de rositas. A los medios de comunicación habria que recomendarles que centraran el tiro, aunque presiento que no están por la labor.




Si a estos datos le añadimos que la formación mayoritaria está relacionada con  los socorridos contenidos de Prevención de Riesgos laborales y manipulador de alimentos, que su realización es a través de procedimiento de difícil evaluación y seguimiento como la teleformación, que mayoritariamente nuestras empresas están atomizadas, dispersas geográficamente, no sobrepasando los cinco trabajadores, llegaremos a conclusiones que nos dejan en incertidumbres sobre la eficacia y el objeto final de la formación en nuestras empresas. Al parecer, según estos datos, los trabajadores y trabajadoras extremeñas somos especialistas en salud laboral y tenemos todos un ordenador en casa. Y mientras, la administración sigue haciendo "reformas estructurales" para desguazar todo lo que sea público. Blanco y en botella.