sábado, 5 de noviembre de 2022

¡España puede ser!



Con el grito de “Viva las caenas”, se puso fin al trienio liberal de Riego y a renglón seguido el obispo de Jaén, celebró un Te Deum por la captura del capitán general. Vuelta al absolutismo y otro paso atrás en la modernización de las instituciones en España y ya solo es un nombre que se usa como la alfombra para ocultar privilegios. Riego ha sido ahorcado, y fusilado luego Torrijos. En la pintura de Antonio Gisbert, asido de la mano por el venerable Fernández Golfín; uno de los extremeños de aquella Constitución, se intuye la dignidad de un hombre progresista que murió gritando, ¡Viva La libertad!

Aquellas ideas del extremeño Muñoz Torrero en las Cortes de Cádiz de 1812, arengando sobre el fin de la Santa Inquisición, el principio de la sociedad civil, la justicia y la libertad de prensa, afirmando que la soberanía residía en las Cortes y en la división de los tres poderes, daban el portazo al absolutismo monárquico en la Constitución de “La Pepa”. Otro extremeño ilustre como Antonio Oliveros afirmaba que la censura de la imprenta era contraria a la propagación de las luces. El siglo XIX nos trajo uno de los más violentos de su historia: guerras de sucesión, golpes de estado, intentonas, sublevaciones, asonadas, rebeliones cantonales… Privilegios de la nobleza o de la iglesia disfrazados de valores. ¡Por Dios, por la Patria y el Rey!

Era la pulsión de España, también la de ahora, la España de los mitos, creencias atávicas y privilegios de una nobleza rancia, contra aquella otra liberal, moderna e ilustrada. Son las dos Españas de las que hablaba Machado: “Ya hay un español que quiere vivir a vivir empieza. Entre una España que muere y otra España que bosteza”. La España de la prosa que trabaja y revienta, la otra España; la de la lírica de las banderas y la épica de las batallas y las pistolas.

España es una anomalía; pensadores y poetas sin ejército, y batallones de ignorantes sacralizando el despotismo. A una revolución liberal, le sigue una absolutista y vuelta a empezar. Tiempos de desamortizaciones de Mendizábal y Madoz, de las denominadas manos muertas que financiaron más guerras entre isabelinos y carlistas. Tiempos de monarquías de reyes felones o liberales aunque corruptas. De moderados y progresistas, de militares como Narváez y Espartero. De bienios progresitas decepcionantes que no arriesgan en las respuestas sociales. Tiempos de organizaciones obreras reprimidas y prohibidas. Retorica revolucionaria pero sin revolución social. Siempre la Iglesia y la Nobleza de por medio. Tiempos de cambios constitucionales en un juego de trileros para que nada cambie.

Un sexenio democrático –1868-1874– sin Borbones, como paso intermedio a la I República; la de la abolición de la muerte, la del proyecto de Constitución federal de la República Española fracasada que nos devuelve a los Borbones y así otra vez a la anomalía de España. Y comienza el periodo de la Restauración, pomposo título de nefasto resultado. Vuelta a la oligarquía y cacicato, al turnismo de partidos funcionariales, al centralismo de Madrid, al poder de la Santa Madre Iglesia. Mientras, las ideas de la Revolución Francesa y el pragmatismo de la Revolución Industrial pasaban de largo.

Perdida de las colonias, la generación del 98 como síntoma de la decadencia en España, dos huevos duros más con el Desastre de Annual y Alfonso XIII dedicado a la producción de películas porno y una ocasión perdida con la II República: reforma agraria, leyes laborales, educación igualitaria y estado laico. Fue como un sueño imposible, mucho más de lo que un país de caciques, aunque santurrón y mojigato estaba dispuesto a asumir. Militares y salvapatrias que nos adentran en la noche de los tiempos, pasando por Franco, Tejero y leyes mordazas.

Cuarenta y siete años después, arrastrando el lastre de fuerzas vivas de la corrupción, una derecha montaraz, beatos reaccionarios, caníbales de la memoria, brazos armados de la sin razón, palmeros incultos o pagados, ¡España quiere ser! Desde aquel “Viva las cadenas”, no nos cansamos de arañar unos metros de modernidad y justicia, poco a poco, a pesar de una banda organizada de “constitucionalistas” que la profanan, golpistas mediáticos, propagadores del silencio, gamberros institucionales… Como Gil de Biedma decía: “A menudo he pensado en esos hombres, a menudo he pensado en la pobreza de este país de todos los demonios. Y a menudo he pensado en otra historia distinta y menos triste; en otra España, en donde ya no cuenten los demonios. Pido que España expulse a esos demonios”. ¡España puede ser!

sábado, 29 de octubre de 2022

Plasencia: Año 2042



El alcalde “irreductible” sigue gobernando la ciudad de los silencios. En su dilatada vida política ha conseguido el pleno empleo en nuestra ciudad. El slogan que utilizó cuando se presentó como candidato por primera vez a la alcaldía, recuerdo que era “Por el empleo”, se ha hecho realidad. No hay nada mejor que insistir y persistir. Su partido originario desapareció como marca por lo que todos, presuntamente, sabíamos. Él, nunca necesitó nada de un partido que le ninguneó en su momento, de manera artera. De nuevo, vuelve a presentar su candidatura en la lista de Plasencia por la “Canchalera”, partido de carácter local creado a su imagen y semejanza.

Con tan solo sesenta y siete años, es el más joven de los candidatos y todo hace pensar que la suerte le viene de cara, teniendo una carrera política prometedora por delante. El candidato de la oposición que contaba con amplias simpatías se ha visto obligado a trasladarse a Madrid, para cuidar a sus nietos. ¡Una putada! El “irreductible”, en su programa electoral, mantiene una imagen icónica y conceptual de las elecciones de 2015, con una fotografía que resume su estilo; un hombre de espaldas, con un fondo difuminado e inconcluso, con enfoque selectivo sobre su mano providencial que conduce como guía redentor a la ciudadanía.

Somos una ciudad con apenas veinte mil habitantes; de los cuales hay unos quince mil pensionistas. Plasencia, al fin, ha sido elegida como la ciudad más amigable con las personas mayores y todos sus barrios han sido declarados espacios libres de humo. Su población es homogénea por su edad y la localidad es un marco idílico para aquellos que disfrutamos de nuestra vejez, aunque la conversación recurrente sea hablar de nuestros hijos que marcharon fuera. Tan solo, el colectivo sanitario, administrativo, de transporte, hostelería y ocio representa a la población activa de la ciudad. Las escuelas, antes dispersas por la localidad, han centralizado sus servicios en la última escuela que se construyó en el paraje de Las Huertas, en el corazón de la Isla. En ese marco ideal, conviven niños y mayores en un ejemplo de compromiso intergeneracional, aunque a determinada edad la chavalería se ve obligada a salir para continuar estudios y buscarse la vida.

Los problemas de coches han desaparecido, todas las calles han sido peatonalizadas y la adaptación del equipamiento urbano e infraestructuras están adaptadas a la edad avanzada. Menos mal que a Elia se le ocurrió comenzar a poner escaleras mecánicas. En el parque de la Coronación y en la Isla siempre hay paisanos jugando a la petanca, que organizan campeonatos autonómicos. En el Hospital de “Virgen del Puerto” se encuentra una unidad geriátrica de referencia y es la envidia de todo el país y se puede decir que somos una población muy bien cuidada gracias al Estado de Bienestar. Uno de los carteles publicitarios de acceso a la localidad reza con una frase, también muy conceptual que me anima: ¡Plasencia, con final feliz!

A mí, me pilla un poco mayor con ochenta y siete años, porque creo que es el momento para provocar un giro a la política local. Porque aunque la verdad es que Plasencia es un paraíso a la vera del Jerte, plena de cigüeñas y nidos, hay que aprovechar que la Junta de Extremadura hace algunos guiños a Plasencia; porque entre tanto territorio Zepa y espacios protegidos, necesitan los metros cuadrados de nuestro polígono industrial que hace muchos años está cerrado. Recuerden que somos una ciudad sin ruidos, sin humo y sin prisas.

Pues sí, aunque parezca mentira, ahora, están dispuestos a descentralizar servicios autonómicos y centrales, remodelando la Casa del Deán donde podremos dar servicios como capital del norte que dicen que siempre hemos sido. Por otro lado, la construcción del boulevard de Martín Palomino entraría en ese paquete, que junto con la definitiva licitación de la autovía Moraleja- Monfortiño, dándonos salida turística a Portugal para nuestros mayores, presenta una apuesta decidida por una Plasencia con Vida. Además, las visitas organizadas a “Las Edades de Plasencia” para el IMSERSO es una oportunidad para la hostelería placentina, aunque me duele que su centro haya sido invadido por las terrazas.

Por otro lado, el AVE va como un tiro y se están terminando las obras de la estación en Fuentidueñas porque el alcalde, finalmente, se ha dado cuenta que la alta velocidad no puede llegar hasta su despacho. Este es su punto débil, aún más manifiesto, porque se empeña en seguir licitando la cafetería de la estación de siempre por una cantidad que para sí la hubiese querido en su momento la Casa del Deán. Mis amigos y yo seguimos siendo los Pepitos Grillos de nuestro pueblo. Uno de ellos me dice: “Luego no nos extrañemos de que seamos de los pocos que no tiene dedicada una calle en Plasencia…”

¡Coño, menudo sueño distópico que he tenido! Ya me veía en una silla de ruedas, aunque todo llegará en el mejor o en el peor de los casos. Alguno o alguna me acusará de edadista, como si pudiésemos tener control sobre nuestros sueños y miedos. Lo peor de todo es que ni en la realidad ni en el sueño, aparecen nuestros hijos a nuestro lado, aunque eso sí, hemos conseguido una ciudad con pleno empleo. Y no se me enfaden los múltiples aludidos por la provocación y pónganse a la tarea. No hay nada personal.


lunes, 24 de octubre de 2022

Thatcher, Feijóo y Guardiola


Liz Truss le tendremos que agradecer la ejemplificación de lo que supone bajar los impuestos. La matraca de los supuestos beneficios de dicha bajada no es la pócima mágica que todo lo puede, sino la cantinela de un modelo antiguo, tan antiguo como el neoliberalismo; hacedor de injusticia y desigualdad social. En contraposición, desde el minuto uno de la crisis del Covid, se entendió que otra respuesta austericida sería nefasta para una salida de la mayoría. Han sido los servicios públicos y las políticas sociales quienes han posibilitado una hoja de ruta más racional y justa.

En definitiva, son los dos modelos que están en pugna en el mundo; el primero ahora mutando a populismos redentores que nos llevan a un suicida “sálvese quien pueda” y el segundo hacia un contrato social, facilitando el compromiso de todos en función de nuestras capacidades y posibles. El “chocolomo” thatcheriano, que inició su desregularización económica y social en los ochenta, desembarcó recientemente con su delirio imperial del Brexit y ahora nos ha ofrecido una segunda versión de la “Dama de Hierro”, que ha durado cuarenta y cinco días, produciendo el pánico en los mercados, demostrándose que soplar y sorber es imposible al mismo tiempo.

En su delicado manejo internacional, Feijóo, ese contable con rictu de mercader avariento, al que solo le faltan unos manguitos a juego con su semblante gris, viaja a Bruselas, siguiendo la estela del fracasado Pablo Casado para hablar con Von der Leyer para poner otra piedra en el camino de los fondos europeos y hacer las cuentas de la catástrofe que supone la excepcionalidad ibérica, en el mismo día que la UE estudia la extensión de esta medida al resto de Europa. Su falta de acierto y de tino solo se entiende desde la mala fe o porque no sabe inglés y no se entera.

Sinceramente, el efecto Feijóo, y su pertinaz ofuscación con defender los intereses de una minoría me resulta incomprensible para alguien que aspira a gobernar, aunque bien es verdad que solo engaña a quien se deja.

Feijóo debería explicarnos a los españoles cómo una persona con Covid hubiese podido pagar cinco mil euros por la atención en la sanidad pública, trece mil si hubiese estado en la UVI, o los noventa mil euros por un trasplante de corazón, por poner ejemplos en el campo de la sanidad. Porque el ciudadano, en gran parte aquellos que dependemos de un subsidio, de un salario, del ingreso de un autónomo o de una pensión, deberemos optar por uno de los dos modelos que la crisis y la inflación está poniendo en evidencia: o ponemos en peligro todos los servicios públicos rechazando el relato impositivo, como pasó en Inglaterra, o financiarlos a través de impuestos con criterios de progresividad y dependiendo de nuestras rentas.

Se entiende que el presidente de la CEOE, al igual que Feijóo y la troupe del PP, diga que hablar de ricos y pobres es incidir en la radicalidad de los segundos; se entiende que el Sr. Garamendi, patrón de patrones, al igual que el gobernador del Banco de España, nombrado por el Sr. Rajoy, repita obsesivamente que es necesario un pacto de rentas donde se revisen las pensiones y los salarios a los empleados públicos, mientras alzan las voces en tertulias y diarios contra la contribución de los beneficios extraordinarios de energéticas y bancos.

Y es que son obscenamente groseros, cuando olvidan que las empresas del IBEX-35 han ganado cincuenta y ocho mil millones de euros, en el 2021, un ochenta y tres por ciento más que antes de la pandemia; las empresas constructoras con sus dieciocho mil millones de euros, más de veinte mil millones para las empresas financieras o más de diez mil para las energéticas. Pues claro que los pensionistas y trabajadores en general nos comprometeríamos a un pacto de renta, siempre y cuando ellos asumieran una reforma fiscal progresiva, pero eso es harina de otro costal y sería una provocación radical de los pobres.

En la misma línea de repetición del mantra impositivo, el relato de María Guardiola, la aspirante a la Presidencia de Extremadura, nos quiere salvar con una revolución fiscal, perdonando a las familias ricas en Extremadura un impuesto que no pasa de un total de seis millones, para evitar que los ricos se vayan a Portugal, como si los absentistas no se hubiesen ido toda la vida a Madrid; que para eso el Sr. Cánovas del Castillo acometió la distribución de papeles de los distintos territorios en España, asignando a Extremadura el mismo papel que el PP sueña para ella. O repitiendo la pócima mágica de bajar el IRPF; a la misma vez que su partido está a favor de la contención salarial en los convenios, se ha negado y se niega a subir el SMI y nos quiere devolver a más de doscientos mil pensionistas extremeños y extremeñas a ese factor de sostenibilidad de pensiones, cuando tenemos las pensiones más bajas de España, por el que esta parte de la población perdería una renta anual de quinientos millones de euros, triplicándose esta cantidad en el 2023. El problema de Guardiola, es igual o parecido al que tiene Feijóo, que la primera no atina con el enchufe y el segundo no acierta con el inglés.

  • El PP, fotocopiando a Thatcher: https://canchales.blogspot.com/2013/02/el-pp-fotocopiando-thatcher.html

jueves, 20 de octubre de 2022

Antes de Modelo 77

 


Este artículo no va de cine. Antes de que la COPEL, la Coordinadora de Presos en Lucha, iniciara sus revueltas en las cárceles de España, estas guardaban cientos de historias dramáticas que creo necesario recordar. Alguien dijo que sus muros no eran altos para evitar que nadie se escapara; eran así para que los de fuera no viésemos lo que pasaba dentro. Los motines que se sucedieron en 1977 por los presos comunes proyectaba a las claras las condiciones de vida en cárceles de aquellos tiempos lúgubres, mimetizados, tal vez, por la lucha en las calles, de una transición que podría haber sido más justa, pero que fue la mejor de las posibles.

Al poco tiempo de quedar clausurada la Cárcel Modelo de Barcelona, tuve la oportunidad de visitarla aprovechando una exposición sobre ella: “La Modelo nos habla: 113 años y 13 historias”. Cuando se construyó este edificio en 1904, Barcelona contaba con quinientos mil habitantes. Tenía una capacidad inicial para 800 reclusos y al finalizar la Guerra Incivil era ocupada por más de doce mil internos.

La muestra ponía su atención en los personajes más representativos que en la dictadura pasaron por sus celdas, aunque sería infinito el número de hombres y mujeres que defendieron la libertad peinando canas entre rejas. Andar por cada uno de sus rincones fue un ejercicio de empatía, situándome en las vidas de aquellos que fueron privados de una vida por defender una idea, por defender unos derechos colectivos o sencillamente porque al nacer en una familia u otra, llevaras escrito que en tu vida tienes muchos boletos para pasar por ella, dependiendo también de donde nazcas.

Sus paredes rezumaban humedad y un olor a desesperación y a vidas rotas. Los últimos internos suplían a sus vigilantes y eran los encargados de conducir la visita, de cerrar y abrir las puertas correderas y de hablarnos de su vida en la cárcel, humanizándonos al conocer sus historias. Una de las galerías, la número cinco, era por donde pasaron políticos, sindicalistas, sacerdotes o maestros durante un siglo. Primero con la monarquía de Alfonso XIII, con la Dictadura de Primo de Rivera, durante la II República o de una manera más prolongada con la Dictadura de Franco, después con la Transición y Democracia. Allí estaban las celdas de personas que forman parte de un tiempo y de nuestra memoria colectiva.

En la 443, pasó sus últimos días Salvador Puig Antinch, que fue ejecutado a garrote vil una mañana de marzo de 1974. Recuerdo que cuando llegamos a la dependencia donde se encontraba situada la paquetería de la cárcel, lugar donde lo mataron, no puede dejar de emocionarme por una vida tan injustamente perdida. En el resto de celdas, aparecían paneles explicativos de las personas que pasaron por ellas: El pedagogo Francesc Ferrer i Guardia, el expresidente de la Generalitat, Lluis Companys.

Nombres de personas anónimas como “La Gilda”; un camarero de de 24 años detenido en 1955 por ser homosexual, por ser tiempos de “vagos y maleantes” y de una psiquiatría que consideraba enfermedad el deseo y el amor entre hombres. Por ellas pasó el sindicalista Salvador Seguí, el “Noi del Sucre” que lideró la huelga de la Canadiense durante tres meses largos en Barcelona y que nos regaló la jornada de ocho horas. Curioso, en estos tiempos, que muchos crean que los derechos caen del cielo. Les recomiendo la lectura de Apóstoles y asesinos, de Antonio Soler. Por cierto, muchos de nosotros por cuestión de edad, recordamos cómo escapó de ella el histriónico Albert Boadella perseguido por la “justicia” franquista y luego más tarde ninguneado por el poder de Pujol. Su nombre no figuraba en la exposición.

Cosas de una Generalitat sectaria que nunca aceptó la crítica corrosiva que nos anunciaba a finales de los noventa, en su obra de “Ubú, President”, en que consistía la patria del “honorable”. “Más os valdría un mal epitafio después de la muerte que los maliciosos epítetos de los comediantes durante nuestra vida…” -Hamlet a Polonio-.

Este artículo no va de crítica de cine, aunque habría cientos de películas por hacer, salidas de estas paredes. Paredes que aprendieron lo que era dolor, lucha, resistencia o dignidad. Valores y actitudes que hay que seguir recordando. Valores que olvidamos con facilidad y son más necesarios que nunca. Lecciones de vida que nos ayuden a forjar un futuro más inclusivo, más democrático, desmaquillando postverdades que edulcoran o revisan la historia.

viernes, 7 de octubre de 2022

Ricos y Pobres



Toda la vida oyendo que siempre habrá ricos y pobres y ahora el Sr. Rajoy dice que hablar de esos constructos es una antigüedad. Como si la antigüedad fuera un valor que hubiera resuelto el conflicto de clases por virtud de magia, potagía y borrase de un plumazo a un veintiocho por ciento de personas en riesgo de pobreza en España. Para la derecha todo lo que molesta es antiguo, como si las coplas de la Piquer no tuviesen su punto. Recuerdo en los días grandes de Esperanza Aguirre y sus ranas, cómo denigraban a los sindicatos de clase, calificándolos como “antiguallas”. Eran muy molestos. Lo moderno, se supo después, era nadar en la charca de la corrupción.

¡Cómo llegan a molestar los pobres! Pero el intento de hacerlos desaparecer de forma virtual es imposible por mucho que se empeñen los de la cuerda del expresidente. Por eso, exploran otras estrategias como la de desacreditar a la clase social más desfavorecida por improductiva, criminalizar a los desempleados como parásitos que jibarizan los recursos de los que trabajan o a los inmigrantes como culpables de la degradación laboral... El objetivo está claro: dividir la cohesión identitaria de lo que debiera ser la clase trabajadora, para fomentar la lucha fratricida dentro de la propia clase.

Nunca he entendido que parte de la ciudadanía se autodenomine como clase media. Será para hacernos creer que pertenecemos a los de arriba o para hacernos pensar que podemos escapar de nuestra clase. Su objetivo está en debilitar todo lo que sea colectivo, a la vez que fomentar lo individual como estrategia con un sueño de final feliz al que solo los mejores, llegan. Escalar a la élite es posible pero de forma limitada y para ello hay que competir, en vez de colaborar, para estar entre los selectos. Exaltación de lo individual para el ascenso social. El fracaso siempre será culpa tuya.

La denominada “Dama de hierro”, M. Thatcher, durante los ochenta fue la apreciada maestra de todos estos psicópatas sociales. Toda las consecuencias nefastas del país fueron transferidas a la clase trabajadora. El orgullo de pertenecer a la clase trabajadora había que derrotarlo en ese imaginario social de luchar por lo colectivo. Pinochet, años atrás, había roto el paradigma de Allende, ofreciendo “El Chile de los emprendedores, frente al de los proletarios”. Luego, la Thatcher solo tuvo que ofertar su idílico paraiso para los trabajadores: “Un hombre, un capitalista” ¿Se acuerdan cuando Rato nos vendía su propaganda de “Hágase bankero”, comprando acciones de Bankia?. ¡Si tienes memoria dejas de ser un gilipollas desclasado¡ La conciencia de clase siempre te salva por lo colectivo.

El paradigma neoliberal se concreta: Las desigualdades son consecuencias de elecciones y opciones personales, y nunca por culpa de un sistema que provoca las desigualdades. La realidad  contradice este paradigma: El noventa por ciento de los pobres, terminan siendo pobres y el noventa por ciento de los ricos terminan siendo ricos.  De estos parámetros surge la necesidad para la derecha de esconder el conflicto social entre capital y trabajo, entre ricos y pobres, y entre clases sociales. Para la izquierda, sin embargo es fundamental equilibrar, con politicas sociales y redistributivas, estas desigualdades previas con las que nacemos. Entender como inmoral a aquellos que defienden la bajada de impuestos a los ricos, es sencillo; intelectualmente es grosero pensar que el dinero en unos pocos bolsillos es bueno porque provoca la caída de las migajas en cascada, transfiriendo a su vez las responsabilidades fiscales a los “beneficiados”.

Que Feijóo valore los presupuesto generales de 2023 como antisociales es porque él, la CEOE, y toda su cohorte de grupos empresariales piensan que la escasez en los bolsillos de la mayoría aviva el ingenio, la competitividad, siendo la pobreza solo una actitud personal a la que se llega porque te esfuerzas en ser pobre.   

 

  

 

 

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Nación y Estado



En una entrevista en la Cadena Ser al erudito lingüista Chomsky, afirma que “Reagan y Thatcher entendieron muy bien que cuando vas a librar una guerra de clases militante, tienes que destruir las instituciones que permiten a la gente estar protegida”. No hay nadie con más conciencia de clase que los ricos. Expresión del marxismo en toda su excelencia.

En la crisis de las subprime, cuando el capitalismo salvaje hacía un nuevo intento de superar sus contradicciones haciendo que los desfavorecidos pagaran sus consecuencias, el capitalista Warren Buffett decía que “había una lucha de clases, pero es mi clase, la clase rica, la que hace la guerra y estamos ganando”. Para que luego digan que el marxismo ha muerto.

Todo esto viene a cuento de contextualizar la supresión del impuesto de patrimonio, que no deja de ser la estrategia de los de siempre; los esquilmadores compulsivos de lo público, de aquellos que solo quieren el estado para acabar con él. Cuando oigas que el dinero debe estar en tu bolsillo y no en el estado, debes ponerte a temblar si no eres de la clase de los ricos. Lo que ocultan decir es que para que va a estar el dinero en las arcas públicas si lo suyo es que esté en “sus manos”.

Su relato es tan simple y tan obsceno que solo es tapado por el ruido del miedo y la tragedia que ellos mismos generan. Son los mismos que dicen que las ideologías no existen, las clases sociales tampoco y que solo nos salvamos si hay patria. Se olvidan del Estado; o mejor dicho, quieren liquidarlo por inanición. Como si tú o yo, hubiésemos llegado a ser algo única y exclusivamente solo por nuestro esfuerzo. Hay que recordar los programas y medidas complementarias para facilitar ese ascenso social o nos creemos esa estafa positivista thatcheriana que si te mueres de hambre es porque eres un patán…

La clase social determina tus oportunidades, tus estímulos y tu educación. Y claro que hay conflicto de clases y luchas que se evidencian en el día a día. Luchas que pretenden ser disimuladas y obviadas poniendo el acento en la simplificación de una emoción para favorecer el engaño al que tiene menos oportunidades, menos estímulos y menos formación. Por ello, pretenden dormirnos con pertenencias a grupos de exaltación, como por ejemplo el de la Nación.

Sí, estoy hablando de la derecha; de esos que gatean por las paredes para no perder sus privilegios. Pretenden igualarnos en un sentimiento patriótico para evitar solucionar el conflicto que genera las diferencias de clase. Son dados a la literatura barata en prosa o en poesía. Les basta con inflacionar los balcones de banderas o en sus muñecas fachipijas. La Nación como una excusa para compartir una emoción sin costes dinerarios. La izquierda, afortunadamente, salvo cuando se despista reproduciendo relatos neoliberales, pone la solidez en la concreción de la Nación, haciendo Estado. Y aquí es donde comienza la ideología, la ubicación de izquierdas y derechas, subir o bajar impuestos para la redistribución de la riqueza o el “sálvese quien pueda”.

La madre del cordero está en la progresividad fiscal; donde paga el que más tiene. ¿Para qué queremos una nación sin estado con servicios públicos de calidad? ¿Estos neocons, quieren contrato social o quieren conflicto permanente? El Estado se forja con impuestos y no con dinero en unos cuantos bolsillos. ¡Son matemáticas, estúpidos! A los valores de justicia, equidad y solidaridad hay que ponerle unidades seguida de ceros. Una nación sin estado es una farsa. Para la derecha, basta con la engañifa de la exaltación de la patria, aunque a la ciudadanía se les niegue el trabajo digno, la sanidad, la educación o la luz. Si hay poco o mucho equilibrio social es a pesar de la derecha.

El patetismo de suprimir el impuesto de patrimonio para rentas superiores a los setecientos mil euros no deja de ser un nuevo insulto añadido a sus amnistías fiscales a los defraudadores o a las becas para rentas que superen los ciento veinte mil euros. Son esos patriotas que rompen la unidad de España en una escalada de a ver quién rebaja más impuestos a los de siempre.

miércoles, 14 de septiembre de 2022

Feijóo: insolvencia o mala fe

 


Los insolventes suelen querer acariciar sus objetivos con mala fe. Si fuese cuestión de capacidad lo harían con empatía. A estas alturas, negar la eficacia de propuestas de nuestro Gobierno en Europa solo puede defenderse desde el "hooliganismo". Propuestas sobre la mutualización de la deuda y su traducción en fondos europeos de resiliencia o la excepcionalidad de isla energética para España y Portugal; que en solo un trimestre ha ahorrado a los bolsillos españoles unos dos mil trecientos millones de euros, son hitos que se han convertido en un nuevo modelo de cómo confrontar con una crisis. Es justo recordar la inquina e irresponsabilidad que mostraron tanto Casado como Feijóo en un combate incomprensible frente a las propuestas de Pedro Sánchez. El desprestigio anterior de España, evaluado como país PIGS -Cerdo-, en relación a la crisis del 2008, se ha transformado en referencial e innovador para sortear los peligros de una nueva recesión, de una forma más inteligente y social. 

La Presidenta de la C.E. y correlegionaria de Feijóo en Europa ha manifestado que las empresas energéticas y bancarias se están aprovechando de la crisis y por ellos se les debe aplicar una tasa temporal para que reviertan una porción de sus beneficios extraordinarios en la parte de la sociedad más afectada por el incremento de precios.

La Banca en España obtuvo en el año 2021 más de veinte mil millones de beneficios. En este año, como consecuencia de la subida de tipos de interés y de las hipotecas, sus ganancias aumentarán considerablemente. Esta Banca es la misma que durante el gobierno de Rajoy obtuvo del erario público más de sesenta mil millones de euros; dineros de los cuales el Sr.Guindo nos recordaba que sería devuelto hasta el último euro. Pues bien, no solo no son corresponsables con la situación actual sino que trasladan más malestar haciendo una defensa numantina de sus privilegios. A la vez, los argumentos de los voceros de estos sectores son amenazantes sobre las posibles consecuencias de oferta crediticia y perdida de empleo, como si el ajuste de plantilla no lo hubieran hecho ya,  amplificadas por opciones políticas que las sitúa en un fotograma psicopático.

Con sentido común, Úrsula Von der Leyen, en representación de Europa, asume la estrategia española en materia energética y de lucha contra la inflación, anunciando que se recaudará con esta tasa temporal ciento cuarenta mil millones de euros. La sucesión de riesgos contraídos por la pandemia más la guerra de Ucrania ha favorecido un colapso global económico provocando una inflación desatada debida a estos desajustes y al ansia especulativa de sectores económicos que han visto la oportunidad de incrementar exponecialmente sus beneficios. Es decir, una inflación que nada tiene que ver con la demanda como consecuencia de subidas salariales, que no se han producido, y sí por el alza de costos de forma autónoma e interesada. Por eso, da vergüenza ajena escuchar voces de la CEOE y del PP, cuestionando la oportunidad de subir el SMI o establecer cláusulas de revisión salarial para evitar redoblar los esfuerzos de la clase que trabaja y se esfuerza.

No es extraño que la patronal y la derecha se vean inquietos ante un posible Pacto de Renta. No lo necesitan,  porque la parte de los más desfavorecido ya la está haciendo por la vía de la contención salarial mientras los precios no dejan de subir. Por eso, suntantivizar la Responsabilidad Social de las empresas es reclamar puro intervencionismo para unos desatados comilitones de la derecha que nos dijeron hace poco que vivíamos por encima de nuestras posibilidades. 

En este contexto y entre bambalinas, mientras todo esto ocurre, además de tratar de gestionar con medidas sociales una sucesión de pesadillas, el Gobierno tiene que dar salida de forma tranquila pero constitucional a una deriva del CGPJ para que la derecha ultramontana no consiga cerrar su tormenta perfecta de confrontación, ruido, conflicto, cloacas, negacionismo político, periodismo comprado... que se aproxima a una especie de golpismo trumpista. La confluencia de variables que Hannah Arendt definía como “todo orden totalitario viene precedido por una alianza entre élites y chusma”.

        


viernes, 9 de septiembre de 2022

Landero y la palabra

 


Landero, en su obra “Una historia ridícula”, dice que él nunca tuvo el sentimiento de escribir esta novela, delegando en Marcial el protagonismo de todo lo que nos relata. Un hombre, que podría ser cualquiera de nosotros, de los miles de españoles que elaboramos sueños, dando tumbos, gateando por las paredes como cualquier alma extraviada, a veces con pretensiones estrafalarias, porque es difícil poder con la propia vida, concluyendo que “Entre que llega y no llega la muerte, algo habrá que ir haciendo con la vida”. Ya les digo que este Marcial podríamos ser cada uno de nosotros.

En el Teatro Romano de Mérida, también Landero dejó hablar a Marcial que lo hacía por boca de todos los anónimos hombres que vamos sorteando los obstáculos de nuestras cansadas biografías, con mejor o peor suerte, dependiendo de azares y pertenencia a familias, evitando caer en el extravío, para ir por derecho al epicentro de la historia, como lo hizo uno de nosotros como Marcial. Desde este lejano Oeste, “a cuantos políticos y mandamases les corresponda responsabilidad en este desafuero y esta afrenta, les digo queridos políticos; iréis de cabeza al infierno”. ¿Cómo poder enfadarse con este mestizo lusitano, talento exportado por culpa de una historia fallida de determinados políticos a lo largo de estos últimos siglos?

Landero nos enseñó lo que significa la palabra “jeito”; otra bella expresión y qué amplio su concepto. Con gusto y con pasión construir de un modo apasionado nuestro día a día. Tal y como él lo hace al escribir, volcando sobre su pluma emociones universales de todo aquél que tuvo que partir de su pueblo, Alburquerque o de Plasencia, que es el mío. La mayoría de las veces, abandonando y perdiendo el paraíso al que ya nunca más volvimos, convirtiéndose en un imaginario eterno de lo ampliamente  vivido que fuimos entonces. Luis, como todos los entretenidos en escribir buena literatura termina distraído en la observación permanente de la naturaleza de las cosas y pone nombres para entenderla. Y solo hay que estar atento a su palabra; y exprimirla como limones sobre la rica agua de nuestros manantiales.

Como verso libre porque la edad, afortunadamente, nos desata la lengua, tuvo a bien zaherir ayer las conciencias. Su matización inicial sobre "una mayoría de políticos", le salva de una generalización sobre ellos que a mí me hubiese parecido excesiva. “A cuantos políticos les corresponda”. ¡Por favor, escuchen! y no se extravíen como Marcial con su vida. Son palabras que lleva cada puntada con su correspondiente hilo. Y si te picas, te rascas.

Solo un pequeño “pero”. Sobre los adjetivos de “perezosos, bebedores, puteros, codiciosos, serviles, cobardes o descreídos”, faltó el epíteto de delincuente o corrupto. Bien es verdad, que en todas las casas cuecen habas: Reyes, periodistas, juristas, policías, médicos, enfermeros o maestros. Si yo fuera político, puede que me hubiese resultado molesto esa supuesta generalización que no lo fue. Que yo sea un Marcial cualquiera no significa que no alcance a diferenciar en mi tierra de aquél político que trajo importante financiación para estrechar distancias en nuestro lejano oeste, de aquel que utilizaba el avión con el hurto sucesivos de pasajes. Nunca el árbol debe dejarnos sin ver el bosque. 

Posiblemente hubiera tenido que afinar en la tipología de políticos pero hubiese perdido eficacia el gancho. Como un Marcial cualquiera podemos quedarnos con aquello de “todos los políticos son iguales”; costumbre muy dada entre aquellos que no participan de los valores de la democracia o de infantilizados opinadores.

Les dejo con un soneto de un maravilloso lenguaraz como Don Francisco de Quevedo: “Que quien el corazón  tuvo en la boca, tal boca siente en él, que solo dice: En pena de que hablé, callando muero”. Que los jabones a los poderes públicos de los eruditos, estudiosos, pensadores o filósofos sean un desierto en los trescientos sesenta y cinco días de Extremadura. Que "Nuestras voces, se alzan..."

miércoles, 24 de agosto de 2022

Plasencia se alquila



Cuando una entidad pública como un ayuntamiento se orienta al alquiler, hay un síntoma grave de descomposición de la cuestión municipal y de lo colectivo. Coincidiremos que un ayuntamiento no puede terminar siendo una inmobiliaria porque ello sería sinónimo de desnorte en los objetivo de una res pública. Aunque también puede ser que sea un objetivo político; el de degradar cualquier espacio público, previamente, para justificar su arriendo o privatización. 

De momento, Fernando Pizarro ha conseguido dividir a la ciudad, a favor y en contra, ante su intento de privatizar la Casa del Deán; primero intentando ceder este patrimonio municipal a una universidad privada y ahora haciendo una cesión a un hotel en condiciones más que cuestionables, como lo fueron las aplicadas al alquiler de otro enclave municipal como el Hospital de San Roque a un Burger King. 

Es más que necesario, recordar al Sr. Alcalde que él es un huésped del Ayuntamiento de Plasencia y no su dueño eterno. Lo digo porque ceder esos espacios por multitud de años es condenar de por vida a la ciudadanía a su no uso y disfrute. Y no me sirve el argumento de deterioro de ese patrimonio, porque es misión del ayuntamiento de mantenerlo para dotarlo de contenido público. ¿O no se solicitaron fondos europeos para recuperar una edificación militar para una residencia de mayores?

Alternativas hay muchas, pero claro, es cuestión de prioridades, siendo necesaria tener la intención y luego procurarse alianzas administrativas para conseguir que estos escenarios emblemáticos sirvan al bien común, a la recuperación de una zona intramuros avejentada y no al servicio de una cadena hotelera. Tan difícil no es imaginar para la Casa del Deán, un espacio referencial de concentración de servicios centrales y autonómicos para los doscientos mil habitantes del Norte Extremeño. Sin duda, esta simple idea podría multiplicar la rentabilidad social y económica de una ciudad sometida a un “lobby feroz” que no ve más allá de la ocupación con terrazas del suelo público. Pero es más fácil ser una inmobiliaria.

Un ejemplo clarificador es la proyectada Residencia de Mayores del Parque de la Coronación; financiada por fondos europeos, que en un primer momento se vende, electoralmente, como proyecto municipal. Todos entendimos que tendría una gestión municipalizada, siendo una necesidad local que sumaba esfuerzos a la red de residencias de la administración autonómica. Pues bien, en la actualidad no solo está comprometida su finalización en los tiempos de ejecución previstos, sino que se traslada la responsabilidad de su mantenimiento al SEPAD o se amenaza con su privatización, porque siempre habrá un fondo buitre para una lucrativa gestión. Así, con fondos públicos y con el trabajo del ayuntamiento, reconstruimos un edificio para entregarlo a terceros. Y claro, esas manos privadas tienen por objetivo obtener beneficios. Aquí tenemos, otro ejemplo, de cómo el esfuerzo público no sirve para municipalizar este servicio, sino para favorecer a intereses alejados de lo comunal. El final de esta residencia no es como lo pinta un publireportaje idílico que ya hemos podido visualizar en la televisión del Sr. Alcalde financiada por todos los placentinos.  

Plasencia se alquila, porque ese es el modelo cortoplacista de Fernando Pizarro y porque es el fracaso explícito, tras doce años de gobierno, de incapacidad para acometer proyectos públicos e inversiones que dinamicen nuestra ciudad y la diversifiquen desde un punto de vista productivo. 

Y hablando de deterioros públicos, otro día podemos hablar de la piscina, de los acerados, de los autobuses urbanos o de servicios públicos como la atención a los cuidados de mayores, que este año se ha visto interrumpido durante dos meses. Lo dicho, Plasencia se alquila y se malvende. Salvar los muebles alquilando nuestro patrimonio no es una salida de futuro. 

       

martes, 2 de agosto de 2022

El enchufe de Guardiola




Otra proyección pública de María Guardiola como la del enchufe en el tren y termina siendo más conocida que Isabel Ayuso. Porque de eso se tratará; lo contrario la dejaría en un muy mal lugar. Solo que Extremadura no es Madrid. En nuestra región la clase media no llega a los cien mil euros ni de lejos, no hay dumping fiscal, tenemos cuotas importantes de pobres de solemnidad, aunque la libertad la disfrutamos a raudales. Somos los dueños de las terrazas; sirviendo cañas por todo el país, porque mucha de nuestra gente no para de ir y venir buscándose la vida.

Así que el rollo ese de la libertad en Extremadura no cuela porque vamos sobrados y lo que nos falta es todo lo que nos ha robado la historia. Bueno y los caciques, los rentistas y políticos que llegaron y llegan a la política para irse de retiro a Madrid o ser los capataces de los que todo lo recibieron por la vía de la herencia y no del esfuerzo. Así que comience a hacer política y deje de darse a conocer con memeces que duelen. Que a estas alturas, Vd. no sepa donde está el enchufe, habiendo tenido tan cerca al ínclito Monago…

Digo yo que algo tendrá que ver su partido en ese circo ferroviario en el que se ha querido convertir la puesta en marcha de la línea de alta velocidad Badajoz-Plasencia. Me ha dado la sensación de que el Partido Popular no ha tenido nada que ver en el resultado final de la apuesta por un tren digno en Extremadura. Lo digo porque su partido ha tenido responsabilidades municipales, autonómicas y estatal desde el año dos mil.

Le recuerdo sus acciones por omisión con el Gobierno de Monago. También con el Gobierno de Rajoy o nadie le ha informado que el trayecto Oropesa-Madrid, sufrirá un retraso considerable por la desidia de su partido al dejarse pasar el informe de impacto ambiental; que si no fue por desidia lo fue con mala intención. Por no hablar de la risa que ha producido que su partido en el gobierno decidiera cambiar una estación en línea en Plasencia por una estación sin tren.

Claro, la Sra. Guardiola nada tiene que ver con el partido de Aznar, de Rajoy o el de Casado que proponía tan solo las paradas de Mérida y Badajoz en toda Extremadura. Así que elija otro patrón de presentación, de alternativas, de propuestas que no sea un numerito circense y háblenos para conocerla de qué cosas propone para Extremadura.

Y no se vaya por las ramas. Se me ocurre que a los más de doscientos treinta mil pensionistas les gustaría saber si su partido está porque las pensiones no crezcan igual que el IPC, siendo las más bajas de todo el país, y volver a aquel factor de sostenibilidad de Rajoy del 0,25%. Seguro que más de cien mil trabajadores y trabajadoras extremeños afectados por el SMI les encantaría saber si en la próxima subida salarial, su partido, el de Feijóo, se opondrá de nuevo, argumentando que la destrucción de empleo está asegurada. Y por no hacer muy extenso este encadenamiento de preguntas, seguro que les gustaría saber a las ochenta mil personas desempleadas en la región si con un gobierno de Feijóo se reducirían en cantidad y cualidad las prestaciones por desempleo, como lo hizo el Gobierno de Rajoy, cuando los desempleados en nuestra región superaban los ciento cuarenta mil personas con gobierno de Monago. Por no hablar de cómo defendería los servicios públicos o los programas sociales diciendo que hay que bajar impuestos.

La política no debe ser la sucesión de chascarrillos y ocurrencias, inaugurada en Extremadura con su amigo, el Sr. Monago. Afortunadamente, los tiempos de Iván Redondo pasaron, aunque es cierto que a él nunca se le hubiese ocurrido darse a conocer con el enchufe del tren, porque todo el mundo hubiese asociado esa palabra, tan usual en los suyos, con su enchufe a Monago.

martes, 19 de julio de 2022

Homenaje a Ángel Barrios. Alcalde de Hervás, asesinado en 1937



A través de Don Antonio Sánchez Marín Enciso, amigo de mi padre, maestro en el País Vasco durante mucho tiempo y autor del libro "Plasencia en llamas (1931-1939)", contactó conmigo Mitxel Bacigalupe Barrios, nieto de Ángel Barrios Pérez; el que fuera alcalde de Hervás en 1936  que murió asesinado por los rebeldes a la República en el campo de tiro de Plasencia, en 1937. El objetivo de la familia es realizar un homenaje a su abuelo y tratar de indagar sobre su muerte. No tenían más información que le habían matado en Plasencia. A partir de ese momento, estamos colaborando un grupo de personas con una serie de actos de reparación necesaria, que se celebrarán en Hervás y en Plasencia.

Tras el asesinato de Ángel Barrios, toda su familia marchó al País Vasco donde al fin arraigaron. Ahora, sus catorce nietos y nietas , todos ellos residentes en Bilbao, organizan para el próximo 29 y 30 de octubre de 2022, un homenaje a su abuelo. Sus nietos son hijos de Ángel Barrios Gómez, Carlos Barrios Gómez y Loli Barrios Gómez (hijos a su vez de Ángel Barrios Pérez y Encarna Gómez).

La ausencia de familiares en Extremadura les ha llevado a pedir la colaboración de amigos y personas comprometidas con la Memoria Histórica y Democrática. A través de Don Antonio Sánchez Marín, colaboramos en este homenaje, Ángel Olmedo Alonso, historiador, José Manuel Corbacho, presidente de la ARMHEx, Francisco Moriche, maestro, Alfredo Moreno en representación del P.S.O.E. de Plasencia y yo mismo. A la vez que agradecer a Antonio Corralero Pajares su buen trabajo, posibilitando el cambio del apellido de Ángel en la lápida de la fosa común. Por una equivocación, figuraba como Barroso, en lugar de Barrios. El error ha sido subsanado definitivamente.  

Programa de actos: 



                                                  

Ángel Barrios Pérez

Fue un sindicalista y político socialista comprometido en traer la República a Hervás. Fue alcalde entre 1931 y 1932 y en 1936. Fue víctima de la represión franquista.

Ángel Barrios Pérez nació en Andújar, provincia de Jaén, en 1891, aunque su vida se desarrollaría en Hervás. Era ebanista de profesión. En marzo de 1931 participó en la creación de la Agrupación Hervasense al Servicio de la República junto con Aniceto García, Urbano Fournón y Heliodoro Hernández. La Agrupación hizo un llamamiento a los intelectuales, comerciantes, industriales, labradores y obreros para que participaran en el proyecto de traer “una República ordenada”. 

Nuestro protagonista participó en la candidatura de la Conjunción Republicano-Socialista que ganó las elecciones municipales el día 12 de abril, saliendo elegido como concejal. Fue votada en el consistorio como alcalde con diez votos favorables y uno en blanco.

El socialismo en Hervás estaba dividido en dos sectores. Ángel Barrios representaba el ala radical o avanzada del socialismo de esta localidad cacereña. Pero había otro sector más moderado que le presionó para que dimitiera. Al final dimitió a principios de agosto de 1932 por enfermedad, siendo sustituido por el también socialista y ebanista Armando López Comendador.

Ángel Barrios fue delegado del distrito de Hervás en la Federación Provincial Obrera de Cáceres. Recuperó la alcaldía en 1936, además de ser elegido diputado provincial de Cáceres.

Cuando triunfó el golpe de estado de julio de 1936 fue destituido y detenido. Fue recluido en La Perrera. Intentó escapar pero no lo consiguió, además de herirse en su intento. En Plasencia fue sometido a un Consejo de Guerra el 8 de abril de 1937. Fue condenado a muerte, siendo ejecutado en el Campo de Tiro de esta localidad el 15 de mayo de 1937.


https://www.eduardomontagut.es/mis-articulos/memoria-historica/item/448-%C3%A1ngel-barrios-p%C3%A9rez,-alcalde-de-herv%C3%A1s.html

"Represión, silencio y olvido. Memoria histórica de Hervás y el Alto Ambroz (Asamblea de Extremadura, 2008). Francisco Moriche

Para profundizar en su vida y obra es conveniente consultar el Diccionario Biográfico del Socialismo Español.

miércoles, 6 de julio de 2022

Con Monago, no hubo debate




Monago es un buen propagandista. Su aportación al Debate de la Región es que el día 12 de julio salen los tractoristas a la calle, porque “Extremadura es campo”. Seguro que ese día disfrutará de lo televisado. Era su mensaje y lo ha clavado. Mientras, el Presidente, G.F. Vara habla de proyectos tangibles, competitividad, empleo de calidad y salarios dignos. No puede haber debate porque Monago se está marchando como se marcharon todos los perdedores de su partido. Frente a la Extremadura del brasero de picón, una Extremadura posible de soberanía energética, frente al eterno apóstol de la catástrofe la opción colectiva de transformar nuestra tierra. El campo no es nada si no hay transformación de sus recursos.

El que fuera capataz de Rajoy, luego de Casado y ahora de Feijóo, tras cuatro años de siesta no desperdicia su última oportunidad para ofrecernos un relato más de desmemoria. Cuatro años de galbana para una despedida sin debate porque ya le espera un coche a Madrid. Tiempo suficiente de sestear para dejar su tutorizada impronta  en María Guardiola. No pudo ser que el portavoz del PP en este tiempo y fustigador de la Junta, Fernando Pizarro, optase democráticamente a la presidencia de su partido.

Que Monago relate su preocupación por las rentas bajas de Extremadura, siguiendo la estela de su jefe, suena a carcajada contenida en la bancada del PP. Ellos y su partido que se manifestaron en contra de las subidas del SMI y que ha provocado una huelga de trabajadores del campo, que se opusieron a los fondos de recuperación y que denunciaron que beneficiaban a Extremadura, a los ERTEs que han salvaguardado el empleo de miles de familias extremeñas. Ellos, Monago y el PP, son los mismos que nos anuncian que debemos volver a la senda de las pensiones según su celebre “factor de sostenibilidad” del 0,25% para más de 230000 extremeños y extremeñas, recortando al año más de 500 millones de euros de las rentas de los pensionistas. Ellos son los mismos que se han opuesto al incremento de 15% para  unas 12000 pensiones no contributivas en nuestra comunidad. Es que no hay debate posible por mucho tractor y camiones que consigan sacar a las calles.

Hay un concepto diferenciador entre la crisis que vivimos con Monago y Rajoy o la que estamos viviendo con Vara y Pedro Sánchez, en su Gobierno de Progreso. En el primer caso sufrimos de austericidio y ahora, con todas las dificultades, nos beneficiamos de una red de medidas sociales que amortiguan el golpe. No, no son suficientes, pero no puede haber debate por mucho que el Sr. Monago nos profetice la séptima plaga, aunque si llega, ya les digo que la plaga serán ellos y sus políticas.

Se queja Monago en el debate de la región de la herencia que recibió. No será por los 240 millones del impuesto bancario que recibió nada mas ser presidente de Extremadura, libre y de polvo y paja. Se refiere por un casual a la que su Gobex dejó en términos de desempleo cuando perdió las elecciones autonómicas. La del déficit de Extremadura en tres puntos, la de la morosidad en el pago a proveedores en ciento cuarenta día. O puede que se refiera a los ciento cincuenta mil desempleados-as, llegando a las tasas de desempleo que jamás ha vivido esta región. O a los cientos de emprendedores, forzados a serlo, en la búsqueda desesperada de un empleo. Puede que haya olvidado aquellas prácticas del SEXPE en su gobierno que “escracheaba” a los desempleados para que se borraran del registro, con un director gerente que ejercía desde Madrid de jueves a lunes. Yo estaba allí, no me lo contó nadie. Y lo denunciamos colectivamente desde mi sindicato. También, recuerdo sus declaraciones negando el carácter autónomo de las estadísticas del INEM cuando las cifras de desempleados de la EPA sobrepasaban los 180.000 desempleados en la región, mientras nos decía que Extremadura ya hablaba inglés y chino.

Al parecer, Monago ha aprendido de la impronta de Iván Redondo. Ya no cita a Murakami porque ha terminado sabiendo que la tormenta era él. Me ha conmovido cómo al parafrasear a Raúl Alfonsín con su: “No hay democracia donde no se come, donde no se enseña, donde no se cura”, Monago ha añadido, desde su púlpito hipócrita: “...y no se habla”. Eran tiempos de reformas para socializar las perdidas. Y al Sr. Monago le estorbaba, en un debate de la región como hoy, en la bancada de invitados, la presencia de los lideres sindicales de CCOO y de UGT de Extremadura, donde fueron insultados, mientras hoy el Gobierno de Extremadura propone, negocia y pacta en el marco democrático del Diálogo Social. Monago nunca supo lo que suponía eso, mientras jugaba al pádel con su profesor particular financiado por los extremeños de los recortes. No hay debate posible con Monago. Él fue la negación del diálogo y la expresión máxima del egocentrismo político.

Con Monago no podía haber debate. Entiendo, que con buen gusto, los espadas de los partidos políticos le hayan ofrecido una despedida cariñosa, pero aquí, un humilde pensionista piensa que ha sido mucha carne para un cernícalo. Con mis mejores deseos de su viaje a Madrid, esperando que sea solo con billete de ida.