sábado, 26 de marzo de 2016

Ovejuela. La ruta del Chorrituelo



No es la comarca de Bolsón, en la Tierra Media, pero a buen seguro que cada metro cuadrado de este espacio situado en Las Hurdes, limitando con otra zona maravillosa como es Gata, te hará reflexionar sobre la posible ubicación de la tierra de los hobbits en est
e escenario. Estamos en "El Chorrituelo", a unos dos kilómetros del pueblo de Ovejuela. 
Para llegar aquí, aparcas el coche en la plaza de Ovejuela y arrancas una ligera subida desde el "Mesón de Joselo". Aquí puedes comer a la vuelta un excelente cabrito y otras carnes. 



 









La ruta es de una dificultad baja, pues está el camino muy adecentado, a ratos con un pavimento de pizarra que favorece la imposibilidad de perderte. Vas a cruzar el río varías veces a través de puentes muy seguros y disfrutarás de esplendidos miradores para ensimismarte haciendo fotografías.


El recorrido es rico en pinos, olivos, algún cerezo que otro y en primavera estará bañado de la flor típica extremeña, la de jara. Rodeado de bancales que explican cómo el hurdano ha ganado productividad a las dificultades orográficas del territorio donde visualizarás múltiples colmenas de abejas que producen una de las mieles más ricas que habrás probado nunca.


En media hora, aproximadamente, llegarás al objetivo de la excursión:
"El Chorrituelo", con una caída de sus aguas de unos setenta metros que deja descansar y reposar sobre la denominada "Poza de la Tinaja". Tiene la virtud, el Chorritero, de solo dejarse ver al final del trayecto, expresándose con una grandiosidad que te hará exclamar sobre su belleza y su contundente identidad. 

La ruta se puede realizar en cualquier época del año; porque una te aporta el colorido otoñal, otra el acceso a un melancólico escenario, con la primavera te acompañará la flor del cerezo, o la jara o el verde manzana inacabable de su arquitectura planetaria y en verano obtendrás la recompensa de fundirte en sus pozas, piscinas naturales y recovecos de lanchas de pizarra que manifiesta la ingeniería de la naturaleza virgen. 


Ya de vuelta a Ovejuela, toma tu medio de transporte y te desplazas a Pinofranqueado, muy cerca de allí. Date un homenaje en cualquier servicio hostelero, aunque yo te recomiende el Hotel "El Castúo", debajo del puente, con aparcamiento muy cómodo. La calidad está asegurada. Vale unos entrantes de zorongollo, de ensalada de naranjas con chorizo y huevo frito, o unas patatas "espiparrás" (revolconas), luego te regalas una paletilla de cabrito, o una caldereta extremeña, o bien con un bacalao delicatessen y cierras con postres caseros que no sacian. Volverás a casa pensando que no has perdido el día. 





jueves, 24 de marzo de 2016

Reformar las competencias del empresariado




Recientemente, participé en Mérida, en unas jornadas del Consejo Económico Social de España, en una mesa redonda sobre nuevas competencias profesionales de los trabajadores y trabajadoras. Mi intervención terminaba con unas preguntas que provocaron, reconozco, un cierto desdén en la bancada empresarial: "Siempre hablamos de la cualificación de los trabajadores y trabajadoras pero, ¿para cuando un cambio en el modelo de competencias de aquellos que emplean?, ¿es compatible la puesta en valor de las competencias de los trabajadores, con la obsolescencia de un Estatuto de los Trabajadores que mantiene la facultad de dar la potestad de organización del trabajo al empresario"?

El catedrático de Economía, Oriol Amat, en su obra "Introducción al análisis económico-financiero", manifiesta que un 81% de empresas que realizaron suspensión de pagos o quiebra, entre 2002 y 2005, fueron debidas a incompetencia en la gestión de las mismas. Lejos de establecer estereotipos o generalizaciones culpabilizadoras hay que comenzar a poner el énfasis sobre hasta que punto el cacareado emprendimiento es posible y tiene recorrido dentro de la propia empresa por parte de las personas empleadas. A tenor de la resultante expresada en esta crisis, todo parece indicar que seguimos profundizando en un modelo empeñado en salir de la misma, intentando mejorar la productividad, reduciendo costes salariales.

La OCDE en su Evaluación de Competencias de Adultos (PIAAC), relativas al nivel de comprensión lectora, competencia matemática o resolución de problemas en el contexto laboral, así como otras competencias genéricas como comunicación interpersonal, autogestión o capacidad de aprender, concluye que España no hace un uso adecuado de las competencias de su población activa. Con puntuaciones equiparables a EE.UU. y Reino Unido, son estos países los que hacen un uso más intensivo de las capacidades de su mano de obra y de su autogestión con respecto a sus destrezas,  lo que viene a concluir las diferencias estructurales de las empresas que redundan en procesos más productivos en estos países y un mayor aprovechamiento de las competencias de sus trabajadores y trabajadoras. 

En Extremadura, en el sector privado, cerca del sesenta y tres por ciento de los asalariados no supera la titulación de la ESO y/o Bachiller. En el caso de los empresarios con algún asalariado, se eleva a un sesenta y nueve por ciento. Podemos deducir sin riesgo a equivocarnos que el recorrido en formación del conjunto del capital humano debe ser intensivo para favorecer el valor añadido en nuestro tejido productivo.

Cuando la evaluación se realiza con respecto a los jóvenes españoles, se manifiesta la infrautilización  que se hace de una generación mucho más preparada que las anteriores pero  con riesgos manifiestos de que sus capacidades cognitivas queden atrofiadas en un modelo de empresa que persiste en utilizar las ventajas competitivas de contratos precarios en lugar de optar por realizar una apuesta de ajuste innovador que evite la sobrecualificación en su seno. Las competencias que no se practican se vuelven obsoletas con el tiempo porque solo la pericia se genera con la práctica y con ella se generan y se potencian nuevas habilidades que provocarán innovadores y nuevos procesos productivos.

Las prácticas de alto rendimiento en España, caracterizadas por el otorgamiento de autonomía para el trabajador en la empresa y un posicionamiento en la toma de decisiones horizontal, son de carácter residual. Nuestro país, ocupa para la OCDE (2010) el penúltimo lugar en la Europa de los 27 en lo referido a un modelo "racionalizado" donde los trabajadores tienen más libertad de poner en valor sus aportaciones laborales, y tener conciencia de que a través de su trabajo obtendrán oportunidades de crecimiento y promoción profesional.

Se preguntaba Henry Ford, ¿por qué cada vez que pido dos manos vienen con un cerebro incluido?. Aún, muchos no han descubierto que llegamos a las empresas con emociones y con soluciones. La psicóloga Maria Jesús Alava Reyes, recientemente, realizaba una afirmación en una ponencia titulada "La felicidad productiva", que nos ayuda a repensar las relaciones en el trabajo: "La productividad de una empresa con trabajadores felices puede aumentar una media del 31% y su mejora en la salud hasta un 21%. Me recomienda, mi amigo y paisano Noé Rozas, que lea "El Principio de Dilbert" y me refiere que en él se hace una reflexión chistosa sobre cómo la empresa reclama más motivación al trabajador al mismo tiempo que reduce su autoestima. 

Sobre determinados indicadores que facilitan un modelo de empresa colaborativa, muy alejada de criterios directivos al uso, podemos autoevaluar el nivel competencial del empresario sobre sus patrones clásicos de empresa u otra de nuevo cuño: el rediseño dinámico del puesto de trabajo, el gradiente de participación del empleado en la línea de negocio, el nivel de autonomía en la toma de decisiones, la rotación de los empleados dentro de la empresa como estímulo para alcanzar nuevas competencias, la evaluación de las competencias o la transferencia del conocimiento a través de inversión en la formación, son indicadores que nos informan de los logros competenciales del empresario. 

Es necesario, entonces, una apuesta decidida y sistemática por incidir en la mejora de nuestros recursos humanos en las empresas que puedan desarrollar habilidades, capacidades y competencias que favorezcan un cambio necesario e innovador en nuestro modelo productivo.

En esa apuesta, deben estar comprometidos sin miedos y con generosidad la administración y los agentes sociales y económicos de nuestra comunidad autónoma, siendo la concertación y la negociación colectiva las herramientas infalibles que posibiliten el cambio que necesitan nuestras empresas. 

¿Para cuándo la reforma de las competencias del empresariado?. 

Catálogo de competencias: Conciencia de uno mismo. Análisis, Síntesis y Crítica. Organización y Planificación. Habilidades de Comunicación. Responsabilidad y Perserverancia. Toma de Decisiones. Orientación a Clientes. Trabajo en Equipo y Cooperación. Capacidad de Aprendizaje y Adaptación. Flexibilidad y Orientación al cambio. Motivación por el logro. Compromiso con la Organización. Capacidad para trabajar bajo presión. Resolución de Conflictos y Técnicas de Negociación. Búsqueda de la Excelencia. Innovación. Emprendimiento y Liderazgo. 





 

domingo, 6 de marzo de 2016

Mi suegra Pepa, sigue tejiendo la vida




Nacida en Olivenza, mi suegra Pepa, tiene ochenta y siete años. Siempre la he admirado. Con catorce años y siendo huérfana, marchó a Madrid a "servir" para abrigarse del permanente invierno que le propiciaba los coletazos de una desatada guerra y una tierra de hambruna. Me cuenta muchas veces que su padre, representante en la "casa del pueblo" y salvado por los pelos, aficionado a los toros, tras la guerra civil, por pena, ya no volvió a asistir a ningún festejo.

"Pepita", como le llamaban las "señoras" para las que cosía, tenía una destreza innata con la aguja, el dedal y el hilo y pronto se hizo valer por su trabajo. Los domingos, paseaba por la Gran Vía, viendo a la gente salir de los cines. De allí dio un salto a Barcelona porque allí ataban los perros con fuet, además de con longanizas. Tenía buenas manos y dispuestas, que marcaban la diferencia. La "señora" de la casa para la que cosía pronto corrió las voces de que tenía una joya de costurera y rápidamente se repartió a lo largo de la semana por las casas de aquella burguesía catalana de los sesenta y setenta. ¡Cuantas cosas me ha contado, de aquellas "señoras"; amigas de Marta Ferrusola, de la madre de Lluis Llach o de la familia Mercader, famosa por el piolet que uno de ellos clavó en la cabeza de Trosky!. Por todas fue reconocida, aunque alguna de las "señora" para piropearla, le decía: "Pepita, Vd. sería perfecta si hablase en catalán".

Solo volvió a su Olivenza natal, muchos años más tarde, cuando yo conocí a su hija, después de más de treinta años de haber dejado su infancia. Siempre que vamos a su pueblo, el libro de historia de sus recuerdos se abre, y la nostalgia se baña de melancolía y de lágrimas, para seguir tejiendo la vida.

Pepa, mi suegra; mujer a la que admiro por digna emigrante, por "portumeña", por ser una auténtica socialista sin carné, por su concepto del trabajo y del esfuerzo, por su disciplina prusiana y porque es de esas escasas personas que disfruta dando lo que tiene, hace un par de semanas, en su casa, se rompió la cadera y se cayó. Eran las doce de la noche y arrastrándose por el suelo consiguió alcanzar el teléfono pero decidió llamarnos a las ocho del día siguiente porque nos dijo: "que a esa hora, ya estaríamos dormidos". Mi mujer y yo acudíamos como una bala; entramos en su casa y oímos su voz en el comedor. Estaba tendida en el suelo cosiendo un encargo para no dejarlo a medias. Toda la noche en el suelo y cosiendo. ¡Que pena no haberla hecho una foto con el móvil -me pareció improcedente- , pero sirvió para desdramatizar el accidente¡.  Unas buenas risas nos hemos regalado con lo dicho.

Ha sido operada dos veces en unos días y hoy, afortunadamente, ya apoya el pie en el suelo. Ya nos ha puesto tareas; los arreglos de aguja e hilo de la familia y de los vecinos van a continuar. Dice que puede coser con la maquina con un solo pie. Dispuesta a seguir tejiendo la vida. En estos días de celebración del 8 de marzo, aprovecho para mostrarle un debido homenaje. Auténtica lección de lucha y trabajo, de una mujer trabajadora que ha celebrado como tal, cada uno de los días vividos. Y cuenta que con conciencia de clase, porque ella nunca olvida de donde viene. ¡Qué clase¡