lunes, 8 de mayo de 2023

¡Acabemos con el "Sanchismo"!

 


A esta cruzada están convocados los Cien Mil hijos de San Luis. Hay que devolver el poder absolutista a los beodos y zafios, para gritar de nuevo: ¡Viva las caenas! Feijóo, como un loro domesticado, atrapado en su inconsistencia, se va por las ramas de los árboles mientras repite su necedad de hombre gris, con manguitos de contable amargado y autómata. Nunca baja a tierra porque cuando lo hace siempre hay un Pedro Sánchez que radiografía la insolvencia, la mala fe, la indolencia de un cadáver paseado por la tonta del pueblo más grande de España.

Desde Fernando VII, por poner un punto de partida, siempre ha habido loros de repetición y podadores de derechos, invocando a las catástrofes. Eso sí, siempre han contado con muertos de hambre, arrastrados y trepadores que les han meneado la cola para que les lluevan las migajas. Desclasados y “apolíticos” en una sistemática fuga de su clase social, porque en su baja autoestima no se soportan en ella. Es decir, todos los idiotas de solemnidad que decidieron un día no mandar en su hambre. Feijóo y los de su pandilla los denominan como gente de bien.

En esta España, quitas al cura Merino, los Borbones, a Franco, a Tejero, a la Santa Madre Iglesia, a los jueces de su palo, a los caciques de la tierra, a los directivos de la banca y de las grandes empresas y todo es una anomalía que hay que “derogar”, “manu militari”. Estamos en un enésimo intento de provocar, mediante la concertación sostenida en el tiempo, de chusma y élite, el derribo de una brizna de progreso y justicia, conseguida en los últimos cuatro años, para que todo siga perteneciendo a los que por razón de nacimiento y privilegio les corresponde. Menos todos estos, ¡Todos a la cárcel!

Acude a fiscales amigos para que le hagan el trabajo sucio o su partido presenta recursos anticonstitucionales sobre cualquier ley aprobada democráticamente en el Parlamento, que siempre pierden cuando la justicia es equilibrada. Así que deroguemos el “Sanchismo”. A esta cruzada son llamados todos los indignados que han pasado de tener un SMI de 735 euros a 1080. A todos los pensionistas que hemos obtenido una subida en este año igual a la que hubiésemos obtenido con el PP en 34 años. Hay que revertir la Reforma Laboral para pasar del 13% de paro actual, a una tasa del 26% que teníamos en el Gobierno de Rajoy. Estos rojos bolivarianos van a terminar con el empleo, pero ya son más de veinte millones seiscientos mil afiliados a la S.S. y el crecimiento del PIB apunta al 2,1 que proyecta el Gobierno.

Desactivemos la excepción ibérica porque tenemos los precios menos elevados, junto a la inflación más baja de toda Europa. Deroguemos la Ley del Aborto, de la Eutanasia, de la Educación… Y sobre todo, deroguemos el Ingreso Mínimo Vital o las prestaciones sociales para mayores de 52 años como lo hizo Rajoy en el 2011, dejando a los parados de larga duración con el culo en la gotera. Reventemos el Mar Menor y el Coto de Doñana con pozos ilegales porque se acaba la fresa, aunque el planeta pete.

Confrontemos con Europa en un delirio trumpista para que salga el sol por Antequera. Resolvamos el problema de Cataluña con el “Piolín”, haciendo entrar los tanques por la Diagonal, gritando ¡A por ellos! Terminemos de joder con la pelota y demos una patada definitiva a la Sanidad, Educación, Pensiones, Dependencia y Vivienda para que los fondos buitres, amigos de Ana Botella, privaticen nuestras vidas, ordeñen nuestros bolsillos y terminemos en el psiquiatra.

Imagino lo que le pidieron los fiscales de cuna a Feijóo, pues imaginen lo que le dice Garamendi, el Presidente de la CEOE, el falso autónomo que tiene sin firmar mil trescientos convenios. Imaginen las conversaciones del loro pertinaz con los banqueros o con las energéticas… Menos mal, que para la derogación del “Sanchismo”, cuenta con las huestes de VOX, que nos anuncian en los pueblos de España, un metro y una playa. Y acabemos con los sindicatos, que no dejan de dar el coñazo. ¿Volverán banderas victoriosas?

domingo, 19 de febrero de 2023

Estrategia férrea, Plasencia-Salamanca

 


De nuevo, un artículo para la provocación y el urgente debate sobre la necesaria construcción de la vía férrea Plasencia-Salamanca. Evidentemente me faltan argumentos técnicos, pero a mí y a la ciudadanía nos sobran argumentos sociales, económicos y de sostenibilidad para exigir a las administraciones públicas y gobiernos un paso adelante sin tibiezas. En un contexto de fondos europeos expansivos, dirigidos a un cambio de modelo productivo, la línea Plasencia-Salamanca es una opción estratégica.

El cierre del Ruta de Plata hace treinta y siete años fue un error para Extremadura y el oeste peninsular. Podemos repetirlo si no se incluye en la Red Básica Europea una nueva plataforma ferroviaria Plasencia-Salamanca con un coste de novecientos millones de euros, con aportación financiera si se incluye en esta red. Si permanecemos en la Red Global nos iríamos al 2050 para su posible realización. ¡Todos calvos! La voluntad política del gobierno español, la insistencia del gobierno extremeño y la necesaria persistencia del empresariado, cámaras de comercio y ciudadanía del Corredor Oeste es vital. La mejor política contra la despoblación de la España vaciada es ocupar un espacio sustantivo dentro del Corredor Atlántico.

Para este objetivo, se necesita eliminar el cuello de botella de Madrid. Extremadura no debe  caer en el error de esperar a la conclusión de la Alta Velocidad, Lisboa-Madrid y conexión a Puertollano. Su conclusión aproximada en 2030 deberá de haber contemplado la anticipación de Plasencia-Salamanca para que al menos en el marco presupuestario europeo 2027-2033, tenga operatividad financiera.

La U.E. pretende una Red Básica para todos los países, asegurando autosuficiencia y competitividad para eliminar las tensiones que vivimos procedentes de Asía y EE.UU.  Un corredor que sería central en el transporte gasificado desde Huelva y Sines al centro de Europa y que como producto peligroso no puede pasar por la capital de España. El Comisionado del Corredor Atlántico proyecta la creación de un millón de empleos, implementando el PIB de los países en un 2%.

La normalización del transporte en un Corredor del Oeste que contemplara la apertura de Plasencia-Salamanca, implicaría comboyes de 750 metros, capaz de transportar más de 150 camiones, repercutiendo en un menor costes de mantenimiento de carreteras, utilizando la electricidad que generamos, logrando descarbonizar más de cinco millones de toneladas. Solo son 120 kilómetros y las dificultades técnicas son escasas; tan solo en la zona de Sierra de Bejar, porque de Plasencia a Hervás y de Bejar a Salamanca son zonas llanas.  Según Germán Barrios, asesor de la Red Transnacional Atlántica, sería necesario un túnel en Peñacaballera y ocho viaductos, de los cuales el salto del río Jerte es el más largo, mientras que el resto serían de menos de cien metros. La Vía Verde es compatible con esta nueva plataforma y no puede convertirse en un argumento en su contra. Cualquier justificación para su retraso aumentará el desequilibrio Oeste-Este. El Corredor Mediterraneo lleva la delantera y puede incidir en consolidar una España disfuncional con un oeste parapléjico por falta de infraestructuras.

No hay excusas para no hacer una apuesta decidida por la reapertura de este trayecto, generando en el oeste ibérico una implementación de industria y transporte de mercancías desde Algeciras, con doce mil contenedores diarios hasta los Países Bálticos, añadiendo el transporte procedente de Sines, con datos equiparables.

Madrid no puede seguir siendo un cuello de botella para conectar terminales ferroviarias con puertos. Tampoco puede seguir condicionando el crecimiento del oeste peninsular, máxime cuando hay una apuesta europea por la transición digital, la conectividad, la descarbornización, reduciendo costes logísticos hasta en un 20% y vertebrando territorios, hasta ahora, olvidados. Por Madrid circulan 1385 cercanías al día, con una movilidad diaria de  un millón de personas, priorizando, lógicamente, el transporte de viajeros. Los 120 kilómetros de los que hablamos, significarían el bya pass por Madrid, que racionalizaría el transporte de mercancías norte-sur, mejorando la vertebración de nuestro territorio, impulsando un ecosistema industrial e implementando su cadena de valor. Una urgente palanca económica para el oeste peninsular. ¡Hay que definirse, sin tibiezas!

sábado, 28 de enero de 2023

Relato de malos días



Hace unos días que vengo observando que me desaparecen cosas del interior de mi coche. Lo achaco a mi despiste personal. Suelo perder llaves que encuentro pasado un tiempo, extraviar un libro que aparece en casa de algún amigo... Hasta que hace unos días, al ir a abrir el vehículo, observo que se ha cerrado automáticamente con las llaves dentro. Busco el otro juego de llaves y no aparecen por ninguna parte. Tengo que abrirlo porque tengo unos documentos en su interior y urge su gestión en el día.

Opto por llamar a la grúa para ver si pueden abrir el coche. No hay manera. -¿Rompemos el cristal? -¡Hombre, siempre tendremos tiempo! Asumo disciplinadamente el reto. Traslado a un taller al que no se le resiste una puerta. Nada. ¡Rompemos el cristal! En ese momento, recibo una llamada telefónica: -A mamá, le ha explotado la olla en la cocina pero a ella no le ha pasado nada. Me dirijo a casa de mi madre a toda velocidad, mientras anticipo el destrozo producido. Abro la puerta y mi madre está tranquila. Entro en la cocina y asisto a la visión dantesca de toda una garbanzada expandida por las paredes y por el mueble cocina. La campana ha volado, la tapa doblada como un libro, acelgas aquí, zanahorias allá... Un estallido universal de restos culinarios que avisan de lo que podría haber sido. Hay solución. Llamada al seguro, nueva vitrocerámica, limpieza y pintura...

El día ha pasado, pero sigo conmocionado por el aviso a primera hora de la mañana de la muerte del hijo de un querido amigo mío. Me acerco a su dolor y comparto su ira. Me duermo pensando en cómo el azar o la mala suerte va repartiendo la pena y el llanto. 

Creo en sueños que alguien llama a la puerta. Vuelvo a oír un timbre y no es un sueño. Son las tres de la mañana y me apresuro. Algo ha pasado. Al abrir la puerta, veo a dos policías locales que me preguntan por mi hijo y me acuerdo de mi amigo. ¡Me acelero, emocionalmente! Cuando todo se aclara, me dicen que me han robado el coche y que la Guardia Civil lo tiene localizado en Malpartida. Las llaves han aparecido en el encendido del vehículo, junto a otras llaves de mi casa y el garaje. Al parecer tres muchachos al salir de una discoteca llevaban la rueda derecha pinchada, han encendido las luces intermitentes y la benemérita, que lo ha observado, ha salido tras el coche. Debieron asustarse, saliendo a la cuneta y huyendo campo a través.

Me traslado a Malpartida e imagino que me encontraré un coche estampado. Suerte. Tan solo un reventón de la rueda. Dos guardias civiles, que han recuperado el automóvil, muy empáticamente me explican el suceso. Llamamos a la misma grúa del día anterior. 

La noche es muy fría y nos cubre la niebla. Larga charla con los agentes hasta que hacemos el traslado. ¡Qué buena gente! Hablamos de todo; de su discriminación salarial, de Pablo Iglesias, de los déficits del norte extremeño en casi todo... ¡Me alegro de tener estos servicios públicos! Más tarde, a las siete de la mañana, denuncia en la policía nacional y se repite la sensación de amparo.

Amanece y uno tiene la sensación de haber recuperado el control. Tan solo tengo que reparar el coche, llamar al seguro, cambiar los bombines de las cerraduras, arreglar el cristal de la ventanilla, hacer una ampliación de denuncia...

Me sigo acordando de mi amigo y de su inevitable soledad. El dolor ajeno nos enseña a relativizar y a humanizarnos.

Caigo rendido en la cama. Al día siguiente tengo una reunión sindical en Mérida. Salgo con la intención de ir despacio por las curvas del Tajo para retomar la normalidad.  Una llamada cuando estoy en marcha y milagrosamente contesto. Una voz amiga me informa que mi madre se ha caído y está sola en casa. Doy media vuelta y cuando llego a casa de mi madre me encuentro decenas de curiosos, dos camiones de bomberos, una furgoneta de la policía nacional y una ambulancia del 112. Han entrado por una ventana y comienzo a creer que Murphi existe como personaje malévolo. Todo es manifiestamente empeorable. Directos a la residencia; operación y una nueva Odisea. En Plasencia no hay una sola cama sociosanitaria y la trabajadora social me ofrece una en Trujillo. Los Servicios Públicos se sostienen gracias a sus trabajadores y trabajadoras. Se notan los años de austericidio y recortes. Mi agradecimiento a todos ellos. 

Pero sigo pensando en mi amigo. Un abrazo sostenido nos ha reconfortado. Nos susurramos a los oídos palabras reparadoras, sinceras y de la misma forma que muchas veces reímos, hoy lloramos juntos su irreparable perdida. El dolor del otro siempre humaniza.     

domingo, 8 de enero de 2023

Otra Plasencia es posible



Decía mi padre que “Predicar en desierto era un sermón perdido”, pero Plasencia y el Norte de Extremadura no es un desierto, y habrá que ser persistentes para ser oídos. Los que debían de haber sido impulsores, críticos o innovadores  se han convertido en vendedores patéticos de humo o caciques del voto cautivo. Un colectivo de personas en torno a Manifiesto X Plasencia ha salido a la palestra pública y será un contrapeso a la mercadotecnia política instalada en la ciudad. 

No pretendo ser aspirante a oráculo de verdades absolutas pero hay realidades que hacen bramar. Decía el recordado Manuel Vázquez Montalbán: “No hay verdades únicas, ni luchas finales, pero aún es posible orientarnos mediante las verdades posibles contra las no verdades evidentes y luchar contra ellas”. Pues desde MxP, hablaremos de verdades posibles, de evidencias y de lucha. 

A Plasencia hay que darle una medio vuelta de ciento ochenta grados. Y no voy a hablar de la autovía a Monfortiño, ni de la estación de alta velocidad, ni de la plataforma logística, ni de la Avda. Martín Palomino; que es el nombre de un procurador en las cortes franquistas. ¿Qué tal si la llamamos Avda. Inés de Suárez?. Por qué no empezar a hablar del Puente que cruce el río Jerte desde la N-110, a la altura del Espartal en la carretera del Valle con vía de conexión a la A-66. Salida necesaria para toda la población del Valle del Jerte y descongestión del puente Adolfo Suárez. 

Que la figura del Personero del Común figure en nuestro Estatuto de Autonomía, dotada de autonomía orgánica, funcional y presupuestaria en el artículo 48, que su ubicación esté fijada en Plasencia y que ni esté creada, ni dotada, ni ubicada en nuestra ciudad no puede confundirse con que su reclamación sea una petición a los Reyes de Oriente. 

Que tengamos un Palacio de Congresos, sin congresos, nos llevará a la reflexión lógica de la necesidad de crear una Oficina de Ferias y Congresos, con una agenda ferial, con recursos humanos y técnicos que multipliquen una inversión inicial necesaria, no excesivamente costosa para sus réditos en todo el Norte de Extremadura.  ¿Pero es que nadie se da cuenta de que Plasencia es una encrucijada de caminos entre Madrid y Lisboa? Puede que se quiera obviar, interesadamente. 

Que el Hospital de Plasencia, como referente en todo el Norte de Extremadura, tras la crisis de 2012 y todas sus medidas austericidas de recortes sanitarios y tras un Covid devastador, necesite una reorganización para dotarle de nuevos servicios y plantilla; nuevas especialidades, docencia para un numero superior de MIR, Unidad de Cuidados Intensivos y Reanimación, Hospital de Día, Administración y Gestión, aumento de camas hospitalarias, construcción de nuevos aparcamientos, debe entenderse como haber aprendido algo del pasado reciente.  

Que sea necesaria una mayor especialización del Sector de Hostelería, Restauración y Turismo y que podamos ser referencia en la formación profesional en este sector con un Centro Integrado en el IES Santa Barbara y una oferta formativa para estudiantes, trabajadores ocupados y desempleados, será señal de cualificación y especialización en un sector, aunque para una mayor diversificación productiva necesitemos la apertura de una delegación de Avante como dinamizador de un tejido productivo plural y más industrializado en Plasencia y Comarcas. 

Para trabajar por otra Plasencia posible, el 11 de enero, en Las Claras, a través de Manifiesto X Plasencia, gente de la calle con experiencia, una treintena de empresarios, comerciantes, profesores de la enseñanza y de la Universidad, trabajadores de la administración pública y del sector sanitario, expertos en sostenibilidad o deportes..., seguiremos avanzando en la concreción de medidas vitales para recuperar Plasencia. Propuestas que no hemos oído reclamar nunca a un Ayuntamiento sin rumbo. Y mira que ha tenido tiempo. Otra Plasencia es posible.