viernes, 14 de junio de 2013

Monago, un verso hueco.




Desde que Monago ganó las elecciones autonómicas de Extremadura anunciándonos la llegada del empleo, se han destruido 45.000 puestos de trabajo; de los cuales hay más de 8.000 autónomos o emprendedores, que ya existían antes de que llegara, no el "barón rojo", sino el "verso hueco".

El desempleo ha aumentado en 53.000 personas y  más de 70.000 ya no tienen ninguna prestación por desempleo.  Aún recuerdo como con su investidura, pomposamente, decía que "no bajar de los 120.000 desempleados de entonces lo entendería como un fracaso". Según la EPA del I Trimestre de este año, alcanzamos los 182.400 personas sin empleo. Hay bocas que deberían permanecer selladas para no ser un verso hueco, o alternativamente, que el partido del gobierno hiciera una de sus "reformas estructurales" para que desaparecieran las hemerotecas.

En el debate de la región en el que solo Monago y los suyos ven que Extremadura ha pasado a un "liderazgo histórico" sin parangón, y que en nuestra región se ha incrustrado permanentemente la primavera,  pero la realidad es otra y MONAGO vende trenes sin estaciones, inventa empleos imaginarios, baja los impuestos dos euros al mes mientras sube el canon del agua en 20 euros, regala extras en diferido, y simula con Rajoy una lucha titánica que tiene menos credibilidad que Floriano hablando de derecho laboral. Yo  y muchos extremeños cedemos los 23 euros de rebaja del IRPF a cambio de que nos devuelva nuestros servicios públicos perdidos.

En lugar de dar trigo, se dedica al predicamento basado en ocurrencias populistas porque ha descubierto su perfil seductor y cuando habla, en lugar de hablar para el entendimiento, habla para sus orejas y se infla, se infla, se infla como un globo que explotará y nosotros con él, enseñando las plumas de un crecido pavo real. Por eso, le molesta el rigor de un dirigente sindical como Julián Carretero y trata de desacreditarle dándole el carné de "nacionalista catalán", "persona de derechas", o "reserva espiritual de la oposición". Ver al presidente de tu región, en un debate sobre el estado de Extremadura, arremetiendo contra el secretario general de CCOO que asistía como oyente en la tribuna de invitados, fue pátetico y proyectivo de la baja autoestima de un ¿político? que le enerva cuando no se le aplaude con las orejas.  

Pero cómo valorar positivamente que la inacción del Gobierno extremeño haya llevado a Extremadura a su mayor tasa de paro; un 35,5 por ciento, ocho puntos más que la media estatal,  duplicando la destrucción de empleo por encima del resto de España y perdiendo más de 8.000 habitantes la población extremeña en el 2012 tras 17 años aumentandola. Eso duele, el rigor y la coherencia frente a un vendedor de humo y circo. Pero los extremeños quieren pan y trabajo y Monago solo sabe ofrecer más paro y circo decadente. 

Con los datos frescos del Banco España, la deuda de Extremadura es hoy de 372 millones de euros mayor que hace año y de 596 más desde el inicio de gobierno de Monago. ¡Blanco y en botella¡. Y eso que le tocó la lotería con los más de 240 millones de euros por el impuesto bancario procedente de la herencia.

La resultante actual es más que drámática; son 182.400 razones para que Monago deje de jugar con el octavo pasajero, Ivan Redondo, a la mercadotecnia, de creerse un pavo real o de recitar como Nerón versos huecos. 

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