viernes, 28 de mayo de 2021

Indultos para avanzar

                                                                                "La sabiduría no es sino guiarse por la razón; la estulticia, dejarse llevar por el arbitrio de las pasiones" -Erasmo-

Al parecer Sánchez ha muerto. La derecha casposa ha detectado la grieta de los indultos y compulsivamente les ha faltado tiempo para sacar la pancarta. Pero, por mucho que les gustaría, el Gobierno no depende de los partidos "indepes", porque no son un bloque. Además, tiene presupuestos, y como Rajoy, podría prorrogarlos. Frente a todos los voceros de la caverna, creo que nos vemos en las elecciones en 2024. Su sobreactuación les puede salir muy cara. Otro varapalo jurídico de Europa, con respecto al TSJ, puede estar planeando sobre sus cabezas, porque debemos seguir avanzando en lograr ciertos parámetros europeos en materia jurídica. Y es que las penas por sedición han sido contestadas, reiteradas veces, por la U.E.

De momento, asistamos a ese proyecto de la extrema derecha de su "Gobierno de Salvación", donde se muestra la punta del iceberg de su alternativa novedosa de un nuevo PIOLÍN en Cataluña. Menos mal que Casado dijo a Abascal: "hasta aquí, hemos llegado"

Solo viendo las declaraciones de muchos de los contrarios al indulto de los políticos presos, hace que me posicione a favor del SÍ. Pero no se trata de dar respuestas emocionales. Sobran razones racionales y de oportunidad para optar por el indulto, para apartar la gasolina del incendio catalán.

El gobierno caería en un error si, por tacticismo electoral, optara por no ser benévolo con aquellos que creyeron que ir de farol les saldría gratis. Sánchez debe avanzar para no volver al punto de salida de aquel dramático 1 de Octubre, del que el propio Pablo Casado no quiso sentirse partícipe, renegando del torpe tratamiento que hizo su jefe, Rajoy. La única opción es dar una oportunidad a la convivencia; sobre todo en Cataluña, porque es esta ciudadanía la que más ha sufrido el delirio independentista.

Exigir arrepentimiento, como paso previo al indulto, es tramposo. Aquellos que cruzaron la raya democrática no van a reconocer que se equivocaron, porque si lo hiciesen sería reconocer su fracaso y ello supondría su definitiva debacle. Acaso hubo arrepentimiento en el caso de Tejero, Armada, Vera, Barrionuevo y muchos etarras... Alguien debe dejar de echar gasolina, en un país aficionado a la piromanía. No nos engañemos, lo que subyace es que los pirómanos necesitan gasolina. Los "indepes" y la derecha incivilizada están deseando azuzar ese fuego. Se sustenta en la confrontación y en el incendio permanente. Su diferencia deriva, tan solo, en que cada uno se apropia torticeramente de una bandera diferente, pero sus patrones emocionales son los mismos viviendo de la retroalimentación.

Hay que confiar en un estado magnánimo, pero fuerte, y que en caso de repetirse actos como aquellos, sea contundente, de nuevo. Quien diga que aquellos actos anticonstitucionales les ha salido gratis a estos políticos presos, no sabe lo que es estar un día en la cárcel. Ellos ya llevan cuatro años. Y lo peor de todo es que han diezmado la economía de su propia tierra, aquella que dicen amar.

Puede que el cuerpo pida que cumplan la condena total, pero no olvidemos que en el conflicto catalán, unos y otros han explotado todo lo emocional, desenfocando los problemas sustantivos, pero cualquier postura que evite la confrontación será vivida por ambas partes en liza, como un desarme. La presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, Paluzie, avanza con buen criterio que "los indultos desarman el independentismo e internacionalmente son nefastos". De los "indepes" no se puede esperar lealtad alguna porque viven de lo mismo; del incendio. Pero alguien debe dejar de echar gasolina. Y ese papel le toca al Gobierno Central, a pesar de reconocer que el no indulto avinagraría a la derecha, que ya prepara un reencuentro en Colón y otra recogida de firmas, como aquella que arremetió contra Zapatero y el Estatuto de Cataluña, cuando había que abrir grietas por algún lado. De aquella recogida de firmas, vienen los lodos del 1-O. Toda una máquina de hacer independentistas, consiguiendo dar argumentación a los "indepes" para tirarse al monte y montar dos referéndum de autodeterminación. La extrema derecha vuelve a la carga. Un Gobierno de izquierdas, para ellos, no puede gobernar nunca. Su democracia solo lo es si el poder es suyo.

Por ello, un gobierno fuerte debe enfrentarse a una oposición visceral sin sentido de estado, a la mediática de la caverna, mostrando que es independiente como poder ejecutivo, tomando decisiones que le competen dentro de los límites jurídicos y sin entrar a cuestionarlos.

Está claro que la derecha ultramontana se reactiva con el independentismo delirante, de la misma manera que estos necesitan a los pirómanos de Colón. Si ellos necesitan, unos y otros, volver a poner las banderas en los balcones, la ciudadanía necesitamos convivencia. Sí, alguien debe dejar de echar gasolina para que vuelva la política. El Estado federal sería la solución pero queda lejos. De momento, el gobierno debe confiar en unos presupuestos aprobados, unos fondos de recuperación que hay que gestionar y una hoja de ruta del Diálogo Social que va por buen camino. El ruido que lo hagan otros. España, necesita de un PSOE que juegue un papel de Estado, obviando tacticismos electorales. Centrar la atención en reformas estructurales, modernizando el mercado de trabajo, activando una reforma fiscal progresiva y pactando las pensiones públicas. Cuidado con los cantos de sirena de aquellos oráculos que indultaron a golpistas, a miembros del GAL, a terroristas de ETA y a esquilmadores de lo público, porque son los mismos que hoy avivan el fuego.

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