jueves, 23 de junio de 2016

La doctrina del SHOCK de Friedman y la Indefensión Aprendida de Seligman




Para Friedman, “solo una crisis real o percibida, da lugar a un cambio”. Chile, con el golpe de estado de Pinochet, fue el primer laboratorio donde la “crisis aprovechable”, fue convertida en oportunidad. Después, esta estrategia fue utilizada por todo tipo de dictadores en todos los continentes, siendo la doctrina de cabecera de todos los directores del FMI. Consiste en provocar un primer estado de shock en la sociedad, y sin esperar a que se reponga de esa situación traumática, aplicar nuevas descargas sobre los ejes estabilizadores más interiorizados por la ciudadanía. El objetivo es zarandear todo lo que se pueda entender como sus elementos más sólidos para ser cambiados por aquellas “reformas estructurales" que favorecen un nuevo paradigma, normalizando la cesión de la soberanía a las élites y las transferencias de rentas del trabajo hacia el capital.


Friedman, acertaba cuando afirmaba que ese primer estadio de zozobra emocional de la sociedad, provocaban una reacción psicológica en racimo que facilitaban el "proceso de ajuste”, al que lo denominó “tratamiento de choque” económico. Casos prácticos, no solo podríamos encontrarlo en Chile, donde Friedman asesoró personalmente a Pinochet, también en otros países como Irak, donde se utilizaron las bombas para dominar al contrario. Así, se cambiaba la comprensión de su novedosa realidad  y se  les dejaba sin respuestas posibles para contrarrestar la invasión y normalizar, desde la óptica colonizadora, una política masiva de privatizaciones y control económico.Recordemos cómo se vendió, mediáticamente, los logros de la política neoliberal que ejecutó el dictador chileno, estableciéndose como paradigma universal las fortalezas y bondades de un nuevo tratamiento de las pensiones, totalmente privatizado.


Si en Chile se utilizó la represión como “terapia electroconvulsiva” para lograr un preciso escenario del shock, y en Irak fueron los bombardeos masivos, en España ha sido una crisis financiera convertida en justificación para una terapia de choque económica y de derechos, que ha ido administrando sucesivas descargas eléctricas y en distintas direcciones, provocando diversos niveles de respuestas basadas en la parálisis, el pánico y el miedo. Solo un consistente nivel de organización colectiva se han podido amortiguar sus efectos. 

La acción persistente sobre múltiples vectores de la estafa vivida en relación a las pensiones, la educación, la dependencia, el empleo, los impuestos, los desahucios o la salud…, la hemos tenido que abordar, como mujeres, como jóvenes, como trabajadores o ciudadanos, como pacientes, padres o hijos,... que han desbordado, en muchísimos casos, nuestra capacidad de respuesta desde el punto de vista individual y colectivo, facilitando, en palabras de Friedman, reacciones psicológicas que han posibilitado “el proceso de ajuste”, diseñado por el sistema. 


La Teoría de la "Indefensión Aprendida" de Seligman puede implementar la comprensión de la "Doctrina del Shock" de Friedman, que explica cómo, tras someter en un primer momento a un animal a sucesivas descargas eléctricas sin posibilidad de escapar de ellas, el receptor de las mismas, con posterioridad, no emitía ya ninguna respuesta evasiva aunque las opciones de salir y escapar de las mismas fuesen posible. Dicho de otra forma, había interiorizado y aprendido a sentirse indefenso y abandonaba toda estrategia y respuesta de luchar contra ello, adaptándose al dolor.

Cuando nos preguntamos por qué no hay una revuelta social, o por qué el PP, partido que ha realizado todos estos recortes contra la población en su conjunto, sigue siendo representativo, la respuesta es que nos hemos acostumbrado al dolor. El análisis expuesto puede explicarlo, en gran parte. 

No hay que olvidar que en el conjunto de esas “reformas estructurales”, las élites han ido trabajando desde el minuto uno para seguir gobernando contra los intereses de la mayoría, actuando con la apisonadora de su mayoría absoluta sobre una legislación que ha legalizado sibilínamente el fraude, disponiendo de impunidad, y normalizando las agresiones contra los débiles, utilizando un neolenguaje que llega a justificar la violencia del estado sobre la base de la libertad y los derechos. ¿Es necesario recordar la Ley Mordaza, el cuestionamiento a la huelga y la persecución a sindicalistas, la Reforma Laboral, la Ley de Educación, los recortes a las prestaciones por desempleo, los copagos y tasas?

Las conversaciones del Ministro de Interior, utilizando, torticeramente, los poderes públicos para desacreditar a políticos de signo contrario, no es un “caso aislado”. Este gobierno ha actuado contra todo tipo de organización social, sindical que ha intentado establecer algún tipo de resistencia. Su protocolo previo ha sido la criminalización mediática y el desprestigio como instrumento cotidiano en el objetivo de romper, fragmentar, enfrentar y hacer colisionar los intereses que son comunes a la mayoría, para facilitar una autopista al control de nuestras vidas, a las privatizaciones y a unas nuevas reglas del juego que nada tienen que ver con el estado de bienestar.

¿Quiere decir todo esto que la fuerza del "establishment" y de las élites son tan perversas, tóxicas, diversas y potentes que nada podemos hacer?, ¿hay opciones de actuar frente a una programada doctrina del shock que ya ha sido globalizada?. 

Que agredan y despretigien a determinadas organizaciones civiles y políticas, a sindicatos de clase, a mareas sociales e incluso a profesionales de la judicatura, de la salud, de la enseñanza puede ayudar a mostrar el camino y muestra las grietas de su arquitectura contaminada. La criminalización se focaliza sobre cualquier colectivo o persona física que signifique un último reducto de resistencia. Si no existiesen deberíamos inventarlos. La organización de la ciudadanía y de los trabajadores y trabajadoras es, sin duda, un arma cargada de futuro. 









2 comentarios:

  1. Los impostores tienen estrategia y están organizados. Los demás andamos perdidos en supuestas identidades y cuando cada uno hace la guerra por su cuenta....

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