domingo, 29 de noviembre de 2015

Educación y Empleo, para otro modelo en Extremadura.






El último informe PISA, en relación a las competencias del alumnado de 15 años, situa a Extremadura
la penúltima en Ciencias, y 21 puntos por debajo de la media española en comprensión lectora, viniendo a ratificar lo que ya sabemos; sin despegue económico seguiremos manteniendo los diferenciales, porque estos resultados son consecuencia de todos los déficit económicos que padece nuestro territorio: Renta per Cápita, PIB, tasa de desempleo,... 

Se evidencia la brecha económica Norte/Sur, y como derivación la brecha social y cultural. Y aquí el estado es el principal responsable. La riqueza de un territorio o la clase social a la que se pertenece determina los resultados, independientemente del sistema educativo.  

Razones, por tanto, para que el cambio de modelo productivo no siga siendo la muletilla de los que no saben o no quieren cambiarlo. La recuperación es una falacia, o en el mejor de los casos, la antesala de nuevas recesiones que propiciarán más desigualdad. La necesidad de salir de la crisis optando por otro modelo más social no se ha hecho realidad. No solo no hemos cambiado un estéril y fracasado paradigma, sino que hemos profundizado en él, acrecentando su degradación sobre la precarización de las condiciones laborales, el empleo "indecente", los recortes sociales  y la privatización de los servicios públicos, propiciando la fuga de los trabajadores y trabajadoras más "sobrecualificadas" de nuestra región y de nuestros jovenes, aumentando la desertización de una Extremadura con más divergencias y con muestras inequívocas de descapitalización social.

Algunas consideraciones previas en Extremadura, como su alta tasa de jóvenes en paro, la cronificación del desempleo de larga duración; muchas de  estas personas sin cualificación, la segregación de la mujer del empleo, son argumentos más que sólidos para una acción decidida por parte de nuestra sociedad y de nuestro gobierno regional

Mucho trabajo que realizar porque tenemos un déficit de infraestructuras ferroviarias "antediluvianas", una población envejecida,  el setenta y cinco por ciento de la población en desempleo no supera la ESO, una estructura sectorial muy desequilibrada destacando el bajo valor añadido de sus servicios, la necesidad de recualificación de un sector que había absorbido gran mano de obra como la construcción, un sector agrícola aun sobredimensionado y una industria deteriorada y raquítica pero con muchas potencialidades, son variables suficientes para intentar otros caminos a recorrer. 

El ensamblaje en nuestra comunidad de las consejerías de educación y empleo era más que prioritario, pero ahora queda lo más difícil; conciliar los recursos y las estrategias para cambiar el rumbo e incidir en lo que debe ser un modelo productivo sostenible desde el punto de vista social y económico, sin perder de vista que la inversión debe ser de largo recorrido. La ecuación a resolver es armonizar una educación y formación para un empleo decente y digno que resuelva demandas sociales, educativas, sanitarias, ambientales e inclusivas,  y no para resolver solo las necesidades del denominado "mercado de trabajo". El matiz es fundamental.    

La utilización de los centros públicos educativos ha sido una referencia recurrente que no ha pasado de ser repetido como mantra pero sin traducción real por las dificultades varias que no se pueden obviar. Considero imprescindible un definitivo "asalto"; metodológicamente ordenado, valiente porque tendrá detractores interesados y que optimice los recursos escasos con su concentración. Como síntesis, es sustantiva y central, la superación de una concepción estrictamente corporativa, que no sectorial, para posibilitar que la empresa se inserte, ofreciendo lo mejor de ella, en los centros de formación profesional. 

No digo nada nuevo que no estuviera dibujado en el Pacto Político y Social de Extremadura y que no pueda aumentar un nivel de concreción en su revisión necesaria, que contemple la puesta en marcha de una Red de Centros Integrales que amortice infraestructuras realizadas, concentre un sistema de orientación educativo y profesional que facilite la transición de los estudiantes al mundo del trabajo y que sean referenciales para la población trabajadora activa,  obtenga de ellos unos recursos humanos, con una adecuada reconversión y capacitación como evaluadores para enfrentar la acreditación de la experiencia profesional de miles de trabajadores y trabajadoras con cualificación real pero sin la mochila de la acreditación y que facilite su movilidad profesional. 

Otro capítulo a integrar sería toda la oferta de formación, fundamentalmente en certificados de profesionalidad, con modulación, dirigida a todos los activos, ocupados o en desempleo, que hoy sienten la necesidad de cualificación pero sin oferta ordenada a través de itinerarios estables y de calidad. Y qué decir del papel que debe cumplimentar en esta red, el mundo de la prospección profesional y de la intermediación alejada de ese invento neoliberal de las agencias de colocación. El Catálogo de servicios, de otro SEXPE que es posible, estaría imbricado con la dinámica proactiva de estos centros y de la gestión de toda una constelación de centros de menor volumen, periféricos a esta red.

CCOO de Extremadura ya ha presentado a la Junta una solida propuesta basada en la territorialización de estos centros, con una Gobernanza que acoja a claustros, empresarios, sindicatos y administración y que esté vinculada a instrumentos de diagnostico, innovación e investigación, concertación y participación como el Observatorio de Empleo, el Instituto de las Cualificaciones o el Consejo de F.P. de Extremadura. Ordénese la hoja de ruta en la Ley de Empleabilidad comprometida por el gobierno socialista para esta legislatura, sin demora. Y luego vendrá el empredimiento, la innovación, la formación y el empleo de calidad, el empleo colaborativo, porque no sirven programas salvadores de nada, que solo tratan de la cosmética momentánea de una foto reconvertida en sepia tan pronto se inventa otra. Acuérdense de la ESO de los mil euros. 

¿Alguien piensa que sería, entonces, una irrealidad la adecuación de la formación a las necesidades territoriales o que la formación dual estuviera reducida a un canto lírico, sin tutores capacitados pedagógicamente?. ¿Dudaríamos para que fuese el momento de acometer las competencias básicas para dieciocho mil jóvenes? ¿Se seguiría desaprovechando los conocimientos tangibles de un fichero de expertos que hoy, ante la dispersión, viven en una jungla?. 
   
Tenemos los instrumentos y herramientas, tenemos unos centros públicos con una buena distribución en el territorio, tenemos los docentes, centros colaboradores que seguirían siendo necesarios en la especialización como centros subsidiarios de los públicos, los expertos e investigadores, el personal técnico administrativos, los equipamientos, el capital social humano en definitiva y solo queda un paso concertado para arriesgarnos a crecer en la territorialización, en la planificación, diseño, control y evaluación de la oferta de servicios y en una nueva concepción de la empresa, insertada en una realidad dinámica de los centros formativos.

Que duda cabe que habrá resistencias, pero el gobierno del Sr. Vara tiene un reto: establecer los cimientos de un giro hacia un modelo para la convergencia, dando una respuesta estructural. Una Extremadura con visos de encefalograma plano se lo demanda. 

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