martes, 7 de junio de 2022

En Plasencia, calienta Dóniga



Resuelta la opción para encabezar el PP de Extremadura, Fernando Pizarro, de nuevo, será la opción a la alcaldía de Plasencia. El “manu militari”, contra el actual alcalde de Plasencia, ha funcionado con rigor desde Génova, con Casado y con Feijóo. 

Tiene que ser duro para Pizarro ver cómo nunca fue la opción de su partido, ante una desconocida como María Guardiola. Sería interesante indagar en las razones y la historia oculta que han llevado a su partido a esa toma de decisiones. Asumir como segundo plato a Plasencia, después de haber realizado una campaña sistemática a la Presidencia del PP durante toda la pandemia, manifestando dejaciones en sus responsabilidades como alcalde, debe ser frustrante. Volver a reubicarse en la alcaldía requerirá de un cambio cognitivo para él y todo su equipo, después de haber manifestado, por activa y pasiva, que dejaba la alcaldía. Otra opción sería volver a su puesto de trabajo como profesor. Esta decisión sería la más dura de tomar, pero sin duda a medio plazo sería de gran rentabilidad ética y su persona quedaría ligada a sus tres mandatos continuos y a la dignificación de su decisión final. No sería el primero, aunque a decir verdad, no son muchos. Siempre he creído que uno se debe a sus convicciones por encima de sucesivas promociones dentro de una organización o a decisiones unilaterales. Ver a políticos cerrar el círculo allí donde comenzaron su vida profesional, ejemplariza la política y dignifica a la persona. En cualquier caso, es legítima la decisión que tome, pero como en el caso de la energía, su proyección política se va a transformar, sin duda.

Está claro que Fernando Pizarro ha debido de poner condiciones para poderse tragar el sapo de repetir por cuarta vez a la alcaldía de Plasencia.  O se le hace un hueco en la Asamblea o figurar en las listas del PP a las elecciones generales de 2023. Es evidente, que el alcalde de Plasencia necesita una salida a Mérida o Madrid, porque las mayorías absolutas no son para siempre y sin duda, en las municipales de 2022, habrá más disputa electoral. Perder la alcaldía o tener que lidiar con un gobierno de coalición no será cómodo para él. La apuesta realizada por Pizarro ha producido grietas, y manifiesta un lógico cansancio y desgaste, con un ganador torticero como Monago. Está por ver las consecuencias del posible desplazamiento de los votantes de Ciudadanos, el papel que jugará un emergente VOX y un PSOE renovado a la espera de respuestas tangibles por parte de su regional, porque como manifestó el presidente Vara, recientemente en Plasencia, “¿Y después de la exposición de las Edades del Hombre, qué...?”. 

Una certera pregunta que el PSOE debe contestarse, porque en Plasencia muchos ciudadanos se la hacen, es si en realidad quiere ganar las elecciones en Plasencia pues todos sabemos los condicionante que tiene con la deriva económica de nuestro Ayuntamiento. Fijo que en el contexto actual, Vara ganará en Plasencia como casi siempre y por ello, tiene una cuota de responsabilidad alta en hacer una apuesta por esta plaza. Sí, “Las Edades del Hombre” han sido una apuesta y una consecución del Presidente Vara; por cierto, iniciada en tiempos de la alcaldesa Elia Blanco, pero a nadie se le escapa que es un “Transitus”. ¿Y después, qué..? Porque una exposición no es una gigifactoria, ni siquiera un Museo como el de Cáceres.

En las anteriores elecciones había un único alcaldable, que fue Pizarro, y que tras los errores del PSOE regional, alcanzó su techo electoral. Puede que con un nuevo mandato, tal como relata el principio de “Peter”, alcance su máximo techo de ineficacia. Aunque le deseo en lo personal lo mejor a Fernando, su escapada de Plasencia puede que termine significando  su final político. Lo que es evidente es que en esta ocasión debe haber una opción socialista comprometida, porque es seguro que habrá un cabeza de cartel del PP, con Pizarro, cuyo lema de campaña podría ser: ¡Calienta, Dóniga!  

    

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