viernes, 8 de junio de 2018

Ivan Redondo. Maquiavelo 2.0



Iván Redondo, el que fuera el "octavo consejero" del afortunadamente fenecido Gobex Monago, ha sido nombrado director de gabinete del Presidente, Pedro Sánchez. Soñador cinéfilo de series a lo "House of Cards", para quién el mensaje significa la obtención de la mayoría de votos, aunque el contenido sea pueril. De lo que se trata es de conectar con los  puntuales sentimientos líquidos de la "gente"; más allá de sus necesidades reales, que siempre son objetivos más costosos y a veces inalcanzables.

¡Pedro, cuídate de los Idus! 

Juega a ser un Maquiavelo 2.0., abducido por la elaboración de relatos mágicos donde poder manipular variables para la obtención de un resultado deseado. Iván proyecta en los demás lo que cree de sí mismo: "Cuando uno es presidente, se cree Dios. Y suele ser proclive a las ocurrencias". Pues eso, se cree Dios y tiene ocurrencias.

¡Pedro, cuídate de los Idus! 

Iván está sobrevalorado. Ya se encarga él de hacerse propaganda porque en eso lo borda. Más que llevar a Monago al poder fue el gran inductor de su fracaso. Los cuatro años de legislatura del P.P. en Extremadura se convirtieron en la difamación y persecución, ni siquiera velada, hacia el PSOE, los sindicatos de clase y todo lo que se movía. Su tratamiento desastroso en la moción de censura que promovió Guillermo Fernández Vara dejó el camino libre para que el trilero perdiese las elecciones.  

¡Pedro, cuídate de los Idus! 

La debilidad intelectual e ideológica del viajero subvencionado a Canarias fue la culpable del delirio en el que derivaron las propuestas de Iván, terminando por hacer de Monago un juguete roto. La consistencia de Monago siempre fue igual al conjunto vacío y eso hizo que muy temprano se echase en brazos de Iván. Ese es el riesgo que corre Pedro Sánchez. Solo si hay ideología en él y su equipo, si hay avances reales respecto a Ley Mordaza, Reforma Laboral, Pensiones, LOMCE, Copagos, Memoria histórica, RTVE, Dependencia,... no habrá espacio para sus alucinaciones.

¡Pedro, cuidate de los Idus! 

Iván es de nefasto recuerdo, para mi y para muchos extremeños, porque convirtió nuestra tierra en el laboratorio de su asesoría, puesta al servicio de un ególatra incapaz. Que el barón rojo tenía que citar a Murakami, él le pasaba la frase para que el pavo real intentara volar y se hinchara sin entender que la tormenta era él; un monigote en manos de un manipulador de liderazgo inexistente, para condicionar la conducción de las masas hacia el voto. 

¡Pedro, cuidate de los Idus! 

Maestro del marketing fofo y pedante "intelectualoide" propio de esta corriente de moda de nadería postmoderna. Se empapa de series políticas para aseverar analogías, repetir estrategias, obviar la prosa redundando en una estéril poesía y elevar a ciencias matemáticas las telegrafiadas y fracasadas tácticas; más propias de pijo aburrido de laboratorio, observando desde su palacete cómo van naufragando los personajes tullidos de "Juego de Tronos".

¡Pedro, cuidate de los Idus! 


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