jueves, 21 de abril de 2016

Pablo Iglesias e Ivan Redondo en su Ejercicio Académico




Planteada como "ejercicio académico", se entiende mejor esta entrevista de Pablo Iglesias a Iván Redondo en "La Tuerka". Confieso que mi impronta ideológica me llevó a sentir que era un coqueteo con la "casta" que representa Ivan Redondo; aunque no supere los cuarenta años, pero seguro que será de nefasto recuerdo, por siempre, para mi y para muchos extremeños por intentar convertir nuestra tierra en el laboratorio de su asesoría, puesto al servicio de un ególatra idiota.  En cualquier caso, buen recurso este del "ejercicio académico" por parte de ambos, para situarse esta vez, en otro plano al político para opinar con red y divagar sobre el liderazgo, la conducción de las masas, Maquiavelo o House of Cards para concluir que se lleva lo trasversal como alternativa a las ideologías, quedando "La sala Oeste de la Casa Blanca" como utopía irrealizable.

La fascinación de ambos por la elaboración de un relato mágico donde poder manipular variables para la obtención del resultado deseado, queda patente en la versión de sus sueños cinéfilos, manifestando Pablo que "quien controla los tiempos, gana", aunque no se sepa para qué, o donde, para Ivan, el mensaje significa la obtención de la mayoría de votos, aunque el mismo sea intangible, porque de lo que se trata es de conectar con los sentimientos líquidos, más allá de las necesidades de sus necesidades reales, que siempre son objetivos más costosos y a veces inalcanzables.

Como en la entrevista de Pablo Iglesias siempre se hace una reverencia a Freud; me permito interpretar domésticamente sueños fallidos y proyecciones que han delatado a Ivan Redondo, que me ha conmocionado cuando plantea la contención como virtud de un liderazgo. Pues chico, con Monago fracasaste de norte a sur y de este a oeste. O cuando teoriza sobre la necesidad de diálogo entre izquierda y derecha para legitimarse ambas; será por eso que los cuatro años de legislatura del Partido Popular en Extremadura se convirtieron en la difamación y persecución, ni siquiera velada, hacia el partido de la oposición y de los sindicatos de clase. Eso si, se entiende que admire a la Izquierda Unida de Pedro Escobar; "porque donde ha habido fuego, siempre queda brasa".  

En la visión de políticos europeos, al ser preguntado por Marie Le Pen, expresa su distanciamiento sobre su peligroso discurso xenófobo, cuando él, como hombre en la sombra de Xavier Albiol, propició en Badalona un suceso lamentable de criminalización de los inmigrantes. 

Dice en la entrevista que "el asesor debe ir con su Presidente siguiéndolo hasta el barranco". Creo, más apropiado concluir, amigo Ivan, que en Extremadura fue al contrario; desde el minuto uno tomastes de tu mano a Monago y hasta que no lo estrellaste, no paraste. Y te despides de la entrevista regalando a Pablo un peón, pieza en la sombra, pero que alcanzado el escaque adecuado puede convertirse en Rey; tu sueño fallido. 

Como entrevista de juego, autobombo pedante "intelectualoide" propio de esta nadería postmoderna, ha sido interesante conocer la cantidad de series políticas de las que ambos se nutren, para aseverar analogías, repetir estrategias, obviar la prosa redundando en una estéril poesía y elevar a ciencias matemáticas las telegrafiadas y fracasadas tácticas; más propias de pijos aburridos de laboratorio observando desde su palacete cómo van naufragando los personajes tullidos de "Juego de Tronos". 



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