Rajoy, es pura toxicidad. Miente, manipula y engaña. Ensalza o degrada según conveniencia. Y hace que por «activa o pasiva», todos piensen que la única salida posible es un «indecente» como él. Como todas las personas tóxicas, Rajoy es un mentiroso compulsivo que construye su realidad en función de sus objetivos, que son los de unos pocos, y tiene como objetivo acabar siendo él la única realidad universal en un país alienado. Sus necesidades deben ser la tuyas, porque el tóxico desvaloriza todo lo que tiene a su alrededor y afortunadamente él está ahí para "salvarte". Con frecuencia, se retroalimenta con la toxicidad de los que aparentan ser sus enemigos, aunque termina siendo "compañero de viaje" de todos ellos, formando una simbiosis gremialista muy productiva para sus banderas.
Su toxicidad, la complementa con la práctica de la suerte de Don Tancredo; una especie de lance taurino que ejecutó un novillero a principios del siglo XX, aunque tenía que ver más con el espectáculo, que consistía en situarse el susodicho en el centro de la plaza, subido sobre su pedestal, disfrazado de blanco inmaculado, y con la ayuda del sol deslumbrante no ser visto por el toro que salía en estampida del chiquero. Su trabajo consistía en no moverse y esperar que pasara el peligro. Máxima rentabilidad y mínimo esfuerzo. Su buena o su mala suerte solo dependía de su virtud para la quietud o de que el toro fuese más o menos perspicaz. Al parecer en esta España de hoy es tiempo de Tancredos y de escasos toros.Toda una metáfora.
¿Quién podría liderar, que no fuera una persona tóxica, un partido con más de quinientos imputados y no estar loco?. El Rajoy tóxico cuenta a su vez con una cohorte de sujetos contaminantes que son su "guardia de corps", que también mienten, manipulan y engañan. Son los que interpretan lo que dice y sobre todo lo que no dice para intimidar a la ciudadanía con su "yo o el caos", y así anuncian que se acabarán las pensiones, se congelarán los salarios de los funcionario o sufrirán un parón las ayudas a los comedores sociales si no hay un gobierno rápido y que sea el suyo. Como si él no hubiese propiciado que los trabajadores fuesen más pobres, los pensionistas el colchón de los empobrecidos y los comedores sociales una solución incompleta que le gustaría ocultar.
El tóxico, inventa, modifica y revisa el relato de tu vida y sobre todo consigue que te sientas vencido, exhausto, como si fuera imposible encontrar una salida fuera de él. Pero son personas mediocres a las que es conveniente cortarles el rollo cuanto antes. Que ni por "activa ni por pasiva" sientas y pienses que tu única salida sea la que propicia "un indecente" tóxico.
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