Ahora que en
la izquierda casi todos somos socialdemócratas, las posibilidades de llegar a
un acuerdo entre PSOE y Unidos Podemos no debieran estar tan alejadas como para
terminar provocando, por parte de ambos, una realidad frustrante dejando que vuelva y gobierne la
derecha.
Lo que en
principio no es una enfermedad, como distorsionar por intereses la realidad, puede
llegar a provocar respuestas patológicas que es el camino por donde yo creo que
van las dos organizaciones, generando respuestas muy lejanas a conductas
inteligentes, elaborando una realidad a su medida y haciendo un relato de ella
que propicia echarnos en los brazos del partido más corrupto que ha sufrido
este país.
La
distorsión cognitiva, se explica como un error a la hora de procesar la
información de forma autosaboteadora, distanciándose del entorno de forma
desajustada, derivándose de esa forma de proceder anomalías en la conducta y en
las emociones. Simplificando podríamos decir que si el objetivo final de ambos
partidos es vencer a la derecha, hoy por hoy, su logro es el contrario,
jibarizándose entre ellas y siendo un instrumento que ni el mejor de los sueños
hubiese podido diseñar la diestra, pues al final sus discursos terminan
reforzando tan solo a los propios y frustrando a los más.
Las distorsiones cognitivas que hacemos los humanos, también las realizan, consciente o inconscientemente, las organizaciones, y el peligro no viene por su utilización ocasional al encontrar algún tipo de utilidad o ventaja, sino cuando se perpetúan como automatismos perversos que nos llevan a creencias irracionales, generando una sucesión de disfunciones que nos alejan de nuestros objetivos y deseos.
Albert
Ellis, creador de la Terapia Racional Emotiva, enumeró una serie de distorsiones
que se repetían en los individuos que sirven para
ejemplificar cómo la forma de pensar y la secuenciación que seguimos tiene que
ver más con lo que sentimos que con lo acontecido.
Repetir
machaconamente que el PSOE formaría una gran coalición con el PP-Cs o que Podemos
es un invento de la derecha sería una Inferencia
arbitraria o conclusión a la que llegamos sin evidencias alguna.
Decir que
todos los que participaron de la generación del 78 son parte de la casta o que
Venezuela financia al partido emergente no deja de ser una Generalización excesiva, partiendo de lo particular elaborando una
realidad universal muy alejada de lo real.
Magnificar que con los
emergentes ha entrado dignidad por primera vez en el parlamento, minimizando
los logros de partidos, organizaciones o personas que los precedieron, o
culpabilizar en su totalidad a Podemos de posibilitar el gobierno de la derecha
por haber votado no a la investidura de Pedro Sánchez, es incrementar la
magnitud de los sucesos negativos y subestimar la de los positivos.
Sentenciar
que el PSOE nunca gobernará sin la ayuda de Podemos sería una distorsión
denominada como Pensamiento absolutista
y dicotómico (todo o nada). De la misma forma que afirmar que en Podemos
vive el radicalismo o el caos. Existen siempre los colores grises.
Descalificar en su
totalidad a los socialistas es obviar sus logros en sanidad, educación o
seguridad social, negar el valor disruptivo de Podemos y el cuestionamiento de
cosas que parecían evidente hasta ahora, también es una descalificación
arbitraria y sin fundamento.
Se podrían
poner muchos más ejemplos de desencuentros pero estos sirven para evidenciar, desde
un patrón maduro y adulto, que éstas no son el camino para
la confluencia, a no ser que en el currículo oculto de ambas organizaciones
estuviera el objetivo final de hacer desaparecer al otro.
Albert Ellis
trabajó como terapia un método conocido como la reestructuración cognitiva, dirigida
a refutar las distorsiones. No estaría mal que unos y otros fuesen ajustando el
estado emocional de sus organizaciones a la realidad y no al revés, como ha ocurrido, porque de otra forma la izquierda sufrirá durante largo
tiempo de baja autoestima, ira y frustración. Convertir en método científico
los relatos magnificadores, culpabilizadores, descalificantes, que terminan en
invalidantes etiquetas sobre el contrario, extrapolando y haciendo absolutas
las conclusiones, les seguirá conduciendo a la esterilidad como izquierda. Sería la izquierda inútil y un sabotaje contra millones de ciudadanos y trabajadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario