Ni mucho menos quiero llevar al
extremo la comparación entre el PP y los
“Jemeres Rojos”; solo la utilización metafórica de su capacidad decidida para acabar con todo, con todos. En concreto, extinguir lo más próximo en el tiempo, llevarnos a otros escenarios felizmente pasados y borrar cualquier huella que recuerde la diversidad democrática. La serie de "Cuentamé" es el pasado convertido en presente, o mejor dicho es el futuro en un corto espacio de tiempo.
En coindicendias con otras ideologías totalitarias, intenta no dejar rastro del inmediato pasado. Creo, que el PP se está posicionando en esa percepción de la realidad inventada por la que piensa que puede pasar por encima de la Constitución, de las libertades civiles, de los derechos sociales y laborales, retorciendo y torturando la legislación vigente y siendo un gobierno fraudulento con su oferta electoral.
En coindicendias con otras ideologías totalitarias, intenta no dejar rastro del inmediato pasado. Creo, que el PP se está posicionando en esa percepción de la realidad inventada por la que piensa que puede pasar por encima de la Constitución, de las libertades civiles, de los derechos sociales y laborales, retorciendo y torturando la legislación vigente y siendo un gobierno fraudulento con su oferta electoral.
Quieren acabar con todo y con
todos, contemplando, claro, las excepciones que todos sabemos, y para ello utliza su
“intervencionismo estalinista” y “planificador” del control de los medios de
comunicación, la vuelta a la política del “caciquismo”, la recuperación del
espíritu bélico de las fuerzas del orden público, la persecución de jueces
independientes y críticos con sus actuaciones, el cuestionamiento de los
Servicios Públicos como culpables de la crisis; todo ello con la utilización
enfermiza y estratégica del pensamiento ligero, el de la lluvia fina "plasmática" que cala por ser
simplificador en sus mensajes, con la intención de criminalizar a funcionarios,
padres y madres, alumnado, personas desempleadas, pensionistas o sindicalistas.
Todo lo que se aparte de los valores del nacionalismo españolista, eclesiástico,
clasista y segregador de género, es nocivo, cuestionado o deslegitimado.
Quieren acabar con todo y con
todos, para transportarnos a una sociedad uniforme, vertical, segregada,
exclusiva, desertizada de políticas sociales y donde todo su proyecto económico
se fundamenta en la farsa de los “emprendedores”, lanzados al emprendimiento por necesidad vital y como consecuencia de una
previa destrucción y destrozo del tejido productivo en su intento por alcanzar
las más altas cotas del más insolidario de los neoliberalismos.
No tiene limites en su objetivo de desertizarlo todo, de arrasarlo todo. La reforma laboral, la ley Wert, el factor de sostenibilidad de las pensiones, la ley del aborto de Gallardón son algunas de las expresiones de cómo avanza el desierto social, que habrá que detener mediante la resistencia convergente y organizada.
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