Presentación del Xº Congreso de CCOO de Extremadura. Mérida 18 de mayo de 2017
Memoria.- Queridos compañeros y compañeras,
las palabras de ayer propias de un sindicato como el nuestro, hoy volvemos a
repetirlas, no como una pose, sino como una referencia transformadora y de
sustento ideológico: Compromiso, Unión, Independencia, Cooperación, Trabajo, Reivindicación,
Propuesta, Negociación, Bidón y Movilización, Cultura y Lucha…
Dice
Luis G. Montero, uno de los nuestros:
"que el mayor
peligro del invierno democrático que
vivimos es la desmoralización". Pensamos que nos dan y nos
damos motivos para la deserción. El poder ha normalizado sin pudor la desvergüenza y la
ha convertido, de forma descarada, en su mejor aliada.
Pero la memoria es y debe ser el mejor antídoto contra
la desesperanza. Por eso conviene tener siempre un equipaje mínimo en nuestras
mochilas, un acopio de prendas de abrigo para resistir este frustrante “invierno democrático”. Hacer fracasar
las profecías y adornar la maleta con la esperanza que fabrica la inteligencia
colectiva.
Pero, no debe haber dudas, es necesario hacer memoria, profundizar en los valores que no se
deben olvidar: Sindicalismo de clase, Igualdad, Respeto a la Pluralidad y Diversidad,
Afiliación, Salud, Solidaridad, Liderazgo, Género y Orgullo de clase.
Entre
el pretérito y el futuro, con nuestra abultada memoria, quedamos obligados a
gobernar el presente imperfecto.
Enemigo.- ¿Dónde está nuestro
enemigo?: Nuestro enemigo, el enemigo de todos los nuestros, siempre fue el
miedo. Que no nos pueda el miedo. Al miedo se le combate con conciencia,
conciencia de clase, conciencia de hombre y de mujer, de raíces y consistencia
en nuestros centenarios valores.
“Dime qué miedo tienes
y te diré quién eres”. El miedo es nuestro enemigo en la gestión del conflicto
que supone crecer, que supone dar respuestas colectivas, que implican cesión y
concesión solidaria de nuestros individuales espacios.
El miedo se combate con resistencias, esfuerzos personales continuados, sistemáticos y referenciados a valores que no se evaporen ni se licuen con el sol que más calienta.
El miedo se combate con resistencias, esfuerzos personales continuados, sistemáticos y referenciados a valores que no se evaporen ni se licuen con el sol que más calienta.
Al miedo se le combate con conciencia horneada
a fuego lento de clase. La oscuridad da menos miedo si nos organizamos para
transitar la noche de este duro, injusto, antisocial invierno democrático. Puede
vencerse.
Confluencia.- Quedamos obligados a la confluencia de la izquierda social y política. Los desencuentros son lógicos, humanos, hasta motivadores pero nunca pueden ser regresivos ni paralizantes.
Ensimismarse
solo puede entenderse en el currículo oculto, en el objetivo final de hacer
desaparecer al otro y eso solo nos conduce a la derrota total. La hegemonía no
deben ser unas siglas, lo hegemónico debe ser lo social.
Necesitamos
una urgente terapia dirigida a refutar las distorsiones sobre el otro. No estaría mal que
unos y otros fuésemos ajustando el estado emocional de nuestras organizaciones
a la realidad y no al revés, porque de otra forma en la izquierda sufriremos
durante largo tiempo de baja autoestima, ira y frustración.
Convertir en método científico los relatos magnificadores, culpabilizadores, descalificantes, que terminan en inútiles etiquetas sobre el divergente, extrapolando y haciendo absolutas las conclusiones, nos seguirá conduciendo a la esterilidad como izquierda. Sería un sabotaje contra la ciudadanía y contra millones de trabajadores y trabajadoras. Nos lo están demandando. ¡Agrupémonos, todos¡
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