La princesa está tristre. ¿Qué le pasa a la princesa?: No quiere hablar con la Cadena Ser, no quiere hablar con el diario HOY.
Él es de andar por casa, nada de preguntas indiscretas sobre sus excentricidades,
nada sobre sus viajes costeados por todos a Canarias, nada de romper el dulce sueño del poder para engorde de su ego.
El siempre fue de jugar
cortito y al pie, que se trastabilla. Su decisión de no hablar en campaña
con estos medios es coherente con su anuncio tabernario de exterminar
estos medios si vuelve a ganar las elecciones. Con el dinero público, él es quien decide quién vive y muere. Es lo que tienen los "desideologizados"; acabar con los diferentes para no poner en riesgo su estabilidad emocional, para la estabilidad de una perturbación latente que para no desbocarse, necesita reescribir su historia, la historia de Extremadura y hasta la historia de su partido. De ahí que, "la tierra para el que la trabaja", "ni un paso atrás", el canto al "mayo del 68", o "hacemos"... sea una alucinación ante la falta de un político con un discurso tan
inconsistente como su rap institucional.
¿#Hacemos?. En el fondo, como todo desclasado, tiene mala conciencia de sus batallas primigenias de esquirol y juega a ser un verso suelto o un barón rojo, pero de sus entretelas solo salen ideas para un efímero fotograma en color sepia.
Afortunadamente acaban las elecciones y sus delirantes promesas. Promete 40.000 puestos de
trabajo; los mismos que ha destruido en su legislatura. Su oferta es, ocho eternos
años para estar como en Junio de 2011. De ahí, que proyectivamente, se muestre en campaña pedaleando en
bicicleta estática para hacer sin hacer, para no avanzar, para no moverse del sitio.
Extremadura no se
puede permitir salvarle de su patología megalomaniaca. Monago, no puede tener más tiempo porque en su imaginario
fantasmagórico, el de un suicida, extinguiría todas las fantasías de ese
mundo. De las necedades posibles que le quedarían por idear solo llegaría a la lucidez cuando se topara con su conjunto vacío. Es vital que Extremadura se salve, y de paso, que se salve el PP, si puede.
Me da a mí que ha sido desde Genova y Moncloa desde donde se ha propiciado la caída o hundimiento. No me puedo creer que Ivan Redondo no se haya percatado de lo que iba a pasar y no se haya puesto a recaudo de las consecuencias.
ResponderEliminarEl hundimiento se lo ha trabajado el solito. Claro está que las políticas antisociales de Rajoy siempre ayuda.
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