Si, “hacemos” de nuestra capa, un sayo. Siempre
mañana y nunca “mañanamos". Hacemos todo el tiempo propaganda, fuegos
artificiales, juegos malabares con piruetas que cuadran, al parecer, imposibles círculos. Hacemos
humo, mucho humo, cienes y cienes de veces, para dificultar distinguir el grano
de la paja. Hacemos predicamentos redundantes sin dar trigo. Hacemos silenciar
las voces discordantes, subvencionando prensa regional con dinero público;
hacemos de los medios de comunicación de todos, una catedral de la gran mentira. Hacemos de periodistas, auténticos títeres y palmeros sin posibilidad de retorno
profesional. Otra victoria, otra portada. O la pírrica victoria se queda en una portada.
Hacemos invisibles a los dependientes, emigrar a
los jóvenes, segregar por género el empleo y fragmentarlo, aumentar la brecha
salarial entre hombres y mujeres, cronificar el paro; aumentarlo entre los titulados de FP y universitarios, subir la tasa de hogares sostenidos por
pensiones de nuestros abuelos.
Hacemos rentas básicas que no pagamos, bajamos impuestos que subimos y regalamos cheques bebes en pueblos cerrados.
Hacemos presupuestos ficticios de la comunidad autónoma que nunca se cumplirán, aumentando la deuda y el déficit de nuestra región. Sobre todo, hacemos colas de
proveedores para poder cobrar facturas atrasadas, muy por encima de la media de supervivencia
de autónomos y entidades que ofrecen servicios
sociales, obligados a cerrar.
Hacemos que el presidente de Extremadura, cuando
salta con ególatra afición a los medios estatales de comunicación, haga el ridículo. Hacemos gastos
alejados de las verdaderas necesidades de las personas, convirtiéndose Monago en un mánager de cantantes y en un vendedor de teletienda.
Hacemos leyes como churros con apariencia social
que delatan el objetivo de favorecer la desigualdad que perseguimos con nuestro ADN, sin contar con ningún consenso
social. Hacemos a la sociedad desandar el camino recorrido en la igualdad de las
mujeres y en el reconocimiento social y jurídico de su autonomía para tomar sus
propias decisiones sobre su maternidad. Hacemos que Extremadura pierda
población ante la falta de expectativas de empleo y del mantenimiento de los
servicios públicos esenciales.
Hacemos que aumente la tasa de paro hasta el
treinta por ciento, que suba la siniestralidad laboral en nuestra región a
pesar de la atonía económica. Hacemos
que nuestro tejido cooperativo se venga abajo porque somos tan liberales que
queremos intervenirlo todo y la "jodemos" como en ACOREX o Caja Rural. Hacemos, en la ínsula de "sálvese quien pueda", que nuestra economía se sumerja un treinta por ciento.
Hacemos que el empleo baje en calidad y cantidad y
que las prestaciones por desempleo sean las más bajas y escasas del país. Hacemos falsos emprendedores desesperados que capitalizan su paro,
endeudan a su familia y abren unas persianas de un negocio imposible que cierra
a los seis meses. Hacemos
que más de setenta mil trabajadores y trabajadoras no tengan ningún tipo de
prestación por desempleo. Hacemos que el
verdadero estado de la región suponga la subida de treinta y siete mil personas
en paro y se hallan perdido otros treinta mil empleos con el Gobex Monago.
Si, “hacemos” de nuestra capa, un sayo. Siempre
mañana y nunca “mañanamos". Hacemos, sencillamente, trampas de trileros transnochados.
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