Decía mi padre que “Predicar en desierto era un sermón perdido”, pero Plasencia y el Norte de Extremadura no es un desierto, y habrá que ser persistentes para ser oídos. Los que debían de haber sido impulsores, críticos o innovadores se han convertido en vendedores patéticos de humo o caciques del voto cautivo. Un colectivo de personas en torno a Manifiesto X Plasencia ha salido a la palestra pública y será un contrapeso a la mercadotecnia política instalada en la ciudad.
No pretendo ser aspirante a oráculo de verdades absolutas pero hay realidades que hacen bramar. Decía el recordado Manuel Vázquez Montalbán: “No hay verdades únicas, ni luchas finales, pero aún es posible orientarnos mediante las verdades posibles contra las no verdades evidentes y luchar contra ellas”. Pues desde MxP, hablaremos de verdades posibles, de evidencias y de lucha.
A Plasencia hay que darle una medio vuelta de ciento ochenta grados. Y no voy a hablar de la autovía a Monfortiño, ni de la estación de alta velocidad, ni de la plataforma logística, ni de la Avda. Martín Palomino; que es el nombre de un procurador en las cortes franquistas. ¿Qué tal si la llamamos Avda. Inés de Suárez?. Por qué no empezar a hablar del Puente que cruce el río Jerte desde la N-110, a la altura del Espartal en la carretera del Valle con vía de conexión a la A-66. Salida necesaria para toda la población del Valle del Jerte y descongestión del puente Adolfo Suárez.
Que la figura del Personero del Común figure en nuestro Estatuto de Autonomía, dotada de autonomía orgánica, funcional y presupuestaria en el artículo 48, que su ubicación esté fijada en Plasencia y que ni esté creada, ni dotada, ni ubicada en nuestra ciudad no puede confundirse con que su reclamación sea una petición a los Reyes de Oriente.
Que tengamos un Palacio de Congresos, sin congresos, nos llevará a la reflexión lógica de la necesidad de crear una Oficina de Ferias y Congresos, con una agenda ferial, con recursos humanos y técnicos que multipliquen una inversión inicial necesaria, no excesivamente costosa para sus réditos en todo el Norte de Extremadura. ¿Pero es que nadie se da cuenta de que Plasencia es una encrucijada de caminos entre Madrid y Lisboa? Puede que se quiera obviar, interesadamente.
Que el Hospital de Plasencia, como referente en todo el Norte de Extremadura, tras la crisis de 2012 y todas sus medidas austericidas de recortes sanitarios y tras un Covid devastador, necesite una reorganización para dotarle de nuevos servicios y plantilla; nuevas especialidades, docencia para un numero superior de MIR, Unidad de Cuidados Intensivos y Reanimación, Hospital de Día, Administración y Gestión, aumento de camas hospitalarias, construcción de nuevos aparcamientos, debe entenderse como haber aprendido algo del pasado reciente.
Que sea necesaria una mayor especialización del Sector de Hostelería, Restauración y Turismo y que podamos ser referencia en la formación profesional en este sector con un Centro Integrado en el IES Santa Barbara y una oferta formativa para estudiantes, trabajadores ocupados y desempleados, será señal de cualificación y especialización en un sector, aunque para una mayor diversificación productiva necesitemos la apertura de una delegación de Avante como dinamizador de un tejido productivo plural y más industrializado en Plasencia y Comarcas.
Para trabajar por otra Plasencia posible, el 11 de enero, en Las Claras, a través de Manifiesto X Plasencia, gente de la calle con experiencia, una treintena de empresarios, comerciantes, profesores de la enseñanza y de la Universidad, trabajadores de la administración pública y del sector sanitario, expertos en sostenibilidad o deportes..., seguiremos avanzando en la concreción de medidas vitales para recuperar Plasencia. Propuestas que no hemos oído reclamar nunca a un Ayuntamiento sin rumbo. Y mira que ha tenido tiempo. Otra Plasencia es posible.
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