viernes, 28 de enero de 2022

Los fondos europeos como botín


No podemos esperar nada de aquellos que perciben los fondos europeos como un botín, como un reparto milimétrico de unas ayudas que primero fueron boicoteadas y ante la evidencia de la ley de la gravedad, ahora, como mal menor, deben ser repartidas según colores y territorios. Por su vehemente incompetencia en la defensa de lo que ellos creen que es su patrimonio, dan la sensación de estar bajo un síndrome de abstinencia de dineros públicos. Cuando el motor de la historia, en España, para un partido muy español, es confrontar territorialmente para obtener mayor “trinque”, podemos concluir que nunca han entendido nada y menos esta oportunidad que volvemos a darnos para dejar de ser el patio de los servicios baratos en Europa, y al oeste español para evitar, si aún es posible, un prolongado vaciamiento de población, servicios y empresas.

Aunque la derecha parece no querer entenderlo, estos fondos no pueden ser destinados a la elegibilidad de gastos por parte del gobierno de turno, ni para sustituir inversiones que les corresponde por presupuestos, ni para mantener redes clientelares, ni para privatizar servicios públicos. Sí, en su morfología postural y verbal expresan cómo se les han erguido las orejas, manifestándose sus ojos como platos. Hagamos todos un esfuerzo, estos fondos deben ser palanca de un nuevo modelo productivo más digitalizado, verde e innovador, con empleo de mejor calidad y para implementar reformas consensuadas tanto en los ámbitos parlamentarios, como en la Concertación Social; algo que no debe olvidar algunos partidos políticos tan poco dados al Diálogo Social.

Los reconocibles cazadores de subvenciones, obvian, las debilidades de nuestro mercado de trabajo: atomización excesiva de nuestro empresariado, cultura deficitaria de la cooperación de la cadena de valor empresarial, desequilibrio territorial de la arquitectura sectorial, bajo nivel de innovación y una elevada precariedad del empleo con todas sus derivas perniciosas hacia las mujeres y jóvenes, pero estas son las debilidades que deben ser resueltas, entre otras. Sí, estoy hablando del mercado de trabajo extremeño, que no es la excepción. Un ejemplo de escenario, como tantos otros, donde los fondos deben servir para aminorar las desigualdades territoriales.

Entiendo, que ahora sí que podemos establecer directrices para la distribución de fondos. Mal haríamos, si cuando tocase pagarlos, nos llamaran a todos, mancomunadamente, siendo los monopolios, lobbies y determinados territorios los únicos beneficiados. Porque ese peligro existe y la resultante no puede ser un mayor desequilibrio territorial del que ahora tenemos. En esto debería estar un partido centrado y no si a Extremadura le ha llegado una cantidad ínfima para proyectos experimentales de empleo. Por cierto, al Sr. Monago no se le ha oído levantar la voz contra la Sra. Ayuso.

El Plan de Resiliencia se vertebra en ejes, palancas y medidas. La colaboración Pública y Privada es más que necesaria, pero es ineludible un sistema de gobernanza donde la administración ponga orden y sosiego. Esto no es un botín a repartir, porque deben ser fondos productivos que aumenten nuestro valor como país y resuelvan desigualdades. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario