La abstención es un lujo que pueden permitirse los especuladores, rentistas y reaccionarios, pero precisamente ellos no lo harán porque se juegan mucho. Yo no me la puedo permitir. Con la
abstención del sesenta por ciento, al parecer, el partido fraudulento que gobierna en la actualidad, ganará el 25-M. Los de arriba cuentan con unos cómplices, como una gran cantidad de ciudadanos y trabajadores que conforman a los de abajo, que no irán a votar. Son los "apolíticos", los indiferentes, los desclasados, los pusilánimes, y muchos de los desheredados hartos de tanta promesa incumplida, los abstencionistas a los que el Partido Popular induce sibilinamente a desentenderse de su derecho. Por ello, la abstención no puede ser entendida como un castigo al partido en el poder porque no votando se aumentan las posibilidades de que vuelva a revalidarse en sus políticas que potencian la recesión social.
Podemos estar de acuerdo en los déficit de nuestros políticos y de los partidos a los que pertenecen pero la vida publica nos enseña que todo es manifiestamente empeorable, y por tanto, establecer la máxima de que todos son iguales, castiga al bienintencionado o a las opciones más sociales y beneficia al que demuestra su ineficacia o provoca medidas clasistas o antisociales. La política es necesaria y por ello debemos rescatarla de aquellos que quieren que cedamos nuestra soberanía para hacer "mangas y capirotes". El espacio que tú, como sujeto activo, no ocupas, es ocupado por arribistas o políticos lerrouxistas.
A estas alturas, entrar en las razones para dar una contestación a las politicas lesivas de este gobierno resultaría un tanto cansino pero bastaría hacer una distinción entre los que trabajan por fragmentar, marginar, criminalizar a jóvenes, mujeres, trabajadores, pensionistas, inmigrantes, homosexuales y sindicalistas, o aquellos que favorecen los valores colectivos del diálogo, la igualdad y la inclusión social.
El 25-M, yo iré a votar, en esta ocasión, contra el PP, reconociendo que los partidos mayoritarios de la izquierda me han decepcionado y a los que seguiré reclamando convergencia de fuerzas para dar respuesta a este tsunami neoliberal que propicia la antipolítica como estrategia para usurpar un territorio conquistado por los trabajadores y ciudadanos.
Entre la alternativa del ébole y las "ostias" contra los inmigrantes y una Europa inclusiva, hay cientos de vidas a respetar. Entre una sociedad en la que se segrega a la mujer devolviendola al pasado y su participación en una más libre, hay miles de proyectos vitales que propiciar. Entre el intento de "chinatizar" nuestro continente y encontrar un modelo de referencia para terceros hay otro modelo económico y político que construir. Entre seguir profundizando en reformas laborales reclamadas por la troika y la posibilidad de revertirla en su totalidad hay siglos de lucha. Entre criminalizar a jóvenes, mujeres, inmigrantes, trabajadores, homosexuales, o sindicalistas y propiciar una sociedad plural, hay mucha felicidad y muchos derechos en juego. En definitiva, entre la Europa del contrato social y la mercantilista del "sálvese quien pueda", hay valores a defender, hay colectivos que proteger, hay trincheras por las que resistir.
Entre la alternativa del ébole y las "ostias" contra los inmigrantes y una Europa inclusiva, hay cientos de vidas a respetar. Entre una sociedad en la que se segrega a la mujer devolviendola al pasado y su participación en una más libre, hay miles de proyectos vitales que propiciar. Entre el intento de "chinatizar" nuestro continente y encontrar un modelo de referencia para terceros hay otro modelo económico y político que construir. Entre seguir profundizando en reformas laborales reclamadas por la troika y la posibilidad de revertirla en su totalidad hay siglos de lucha. Entre criminalizar a jóvenes, mujeres, inmigrantes, trabajadores, homosexuales, o sindicalistas y propiciar una sociedad plural, hay mucha felicidad y muchos derechos en juego. En definitiva, entre la Europa del contrato social y la mercantilista del "sálvese quien pueda", hay valores a defender, hay colectivos que proteger, hay trincheras por las que resistir.
La abstención es un lujo de especuladores, y ellos si van a ir a votar y no van a pensar en tí. ¡Hay que Botarlos¡
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