«Estamos en el buen camino», dice la vicepresidenta del gobierno extremeño. Ellos saben que no, porque de lo contrario estaríamos ante unos gobernantes necios. No son necios, son simplemente de los «suyos». Nos dicen que baja el paro, pero es falso. Lo único que sube es el miedo y su jungla.
En Extremadura, todos los sacrificios a
lo largo de otro año han servido, tan solo, para reducir las estadísticas
en 907 personas. Pero seguimos destruyendo empleo porque desaparecen
1247 personas afiliadas a la SS a lo largo del 2013. Algún análisis amigo dirá que no son tantos, pero no cuela después de seis años de crisis y de una Extremadura en estado de paro sin posibilidad de rebotar a una recuperación, cada vez más imposible. Y no, no disfrutamos haciendo estas valoraciones, porque sería mezquino, es tan solo que por parte de los gobiernos de Monago y de Rajoy no se ve la más mínima intención de intervenir sobre un territorio que se nos va.
Un año perdido por tanto en creación de empleo y
en la busqueda de establecer bases sólidas para la recuperación. Un año perdido en la
apuesta por mantener políticas sociales de cohesión que se manifiestan
con datos alarmante a lo largo del 2013, con pérdida del quince por ciento en prestaciones
por desempleo. Tan
solo uno de cada cinco desempleados extremeños tiene una prestación
contributiva, o lo que es lo mismo, tan solo
Para un escaso balance de una caída del desempleo, ha sido
necesario que caiga la contratación indefinida un 22,6% y que suba la temporal en un 8,8%, con todo lo que conlleva, y sobre
todo a costa del contrato a tiempo parcial con un ascenso del 12,8%.
Es decir, menos contratos de calidad y más contratos precarios.
Si dicen que vamos en el camino adecuado, es que nuestros dirigentes han elegido otro camino diferente al de salvar a las personas. Lo
que no nos cuentas en su euforia es que ha hecho falta
para bajar el paro ficticiamente, el desánimo de muchos que ya no se apuntan al registro del SEXPE, la emigración de nuestros jóvenes y la
socialización miserable del escaso empleo para un ejército de reserva
dispuesto a devaluar sus expectativas de vida y de su ciclo vital.
Datos preocupantes para
enfrentar la cuesta de enero, porque será una escalada pronunciada que
dejará a muchos de los nuestros en los arcenes de la descohesion
social. Y no serán los primeros porque con Monago, hay un incremento de 27.000 desempleados y desempleadas que nutren el registro del paro. En la próxima EPA veremos que ese número cantará al alza.